El cannabis es un sedante útil para la medicación previa y tiene la doble función de actuar como antiemético. El cannabis se puede tomar de 15 a 20 minutos antes del fármaco letal, bien fumado o vapeado. El consumo oral puede ser lento y, a menudo, impredecible, por lo que debe evitarse. La dosis estará determinada por la historia personal y la experiencia.
Los opiáceos son útiles agentes de medicación previa ya que su acción depresora respiratoria también puede ser potenciadora. Los opiáceos de grado farmacéutico como el sulfato de morfina (en comprimidos o líquido), el fentanilo (como aerosol nasal o sublingual) o los productos ilegales (como el opio y la heroína) pueden desempeñar funciones de medicación previa útiles.
Fumando opiáceos para medicación previa
Tenga en cuenta que la ingestión oral de estos fármacos puede provocar vómitos, por lo que es necesario tener cuidado. También es posible su administración alternativa, como la utilización de un aerosol sublingual, o la administración de heroína fumando o inhalando un “chino” de heroína en polvo.
La dosis de opiáceos a utilizar depende en gran medida de la exposición previa, ya que la tolerancia es un problema específico con estos fármacos. Si se dispone de cantidades suficientes, se podría experimentar con estas drogas para determinar la cantidad exacta que proporciona una sedación útil.
Los barbitúricos son eficaces por sí mismos para poner fin a la vida. Sin embargo, están legalmente restringidos y son difíciles de obtener. Por estas razones, no es raro que un anciano tenga una cantidad de barbitúricos demasiado pequeña o caducada para ser letal. Los barbitúricos también son muy eficaces como facilitadores de medicación previa y potenciación.