• ¿Dicen que conocen a otros que han sido estafados (para demostrar que no son estafadores?
• ¿Se ofrecen a supervisar la transacción para que no pierda su dinero?
• ¿Le piden que la comunicación sea “discreta”? • ¿Ofrecen envío rápido y discreto? • ¿Dicen que tienen el estado 501c o un número del IRS? • ¿Requieren seguro? • ¿Utilizan una compañía de mensajería falsa? ¿Lo ha comprobado?
• ¿Dónde están localizados? Los timadores usan direcciones tan dispares como: California, Bélgica y Ucrania.
• ¿Están especialmente interesados en hacer una venta? • ¿Es su dirección de correo electrónico similar a cualquiera de las enumeradas en el capítulo 17A?
Conclusión
Cuanto más cambia el negocio de la estafa, más sigue siendo el mismo. Lo que sorprende a los autores de este libro es la aparente falta de interés por parte de las autoridades en cuanto a la práctica deshonesta que es el negocio de pretender vender Nembutal a través de Internet.
Esta falta de interés parece aún más notable debido a las redadas policiales contra personas de edad avanzada en los últimos meses en muchos países de Europa, América del Norte y Australia.
Parece que la DEA o el Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. están mucho más interesados en atrapar a quienes han comprado a un proveedor genuino porque desean estar seguros de poder tener una muerte digna en el futuro, que perseguir a quienes extorsionan y roban dinero sin entregar nada.