vida. Con un respirador, la última experiencia consciente en el mundo puede ser la inserción de vías intravenosas, tubos de evacuación rectal y urinaria y el esencial tubo endotraqueal. A medida que fluyen los relajantes musculares y se deja de respirar, la máquina es la que se hace cargo.
Si tiene usted suerte, puede resurgir algunos días después camino hacia la recuperación. Sin embargo, muchas personas (se estima que alrededor del 60 por ciento de las que reciben ventilación mecánica activa) no sobrevivirán.
¿La peor muerte?
En un podcast de Radio Lab WNYC, se entrevistó a la oncóloga de la Universidad Johns Hopkins, la dra. Tatiana Prowell. Su debate planteó el tema crítico, pero mayormente pasado por alto, de morir solo. Una muerte causada por la COVID-19 es, según Prowell, “la peor muerte” porque seguramente morirás solo: no te abrazarán las personas que te aman ni podrás despedirte