Como nos cuenta la historia de Angelique ahora, esta mujer joven, valiente, inteligente y hermosa murió de la manera más difícil y desagradable. Como paciente en la primera unidad de cuidados paliativos en el Centro Médico Monash, en Melbourne, Australia, el cuidado de Angelique era el mejor que la medicina moderna puede proporcionar y que el dinero puede pagar. A pesar de sufrir ataques de hipo, el control del dolor de Angelique fue descrito como razonable. Lo que no fue tan bueno, y lo que la ley impide a la medicina abordar, fue su muerte. Angelique Flowers murió vomitando materia fecal después de experimentar una obstrucción intestinal aguda. Como sus médicos le habían advertido, su muerte fue simplemente horrible. Le habían dicho que podría ser espeluznante, como así fue.
La joven estaba aterrorizada por esa posibilidad, por lo que solicitó Nembutal en Internet. Aunque Angie tuvo éxito en la obtención del Nembutal, debido a la legislación, guardaba la droga oculta en casa de sus padres. Cuando se produjo la obstrucción del intestino, Angelique estaba en el hospital y su Nembutal en casa. Perdió la oportunidad de tomar las riendas.
Poco antes de morir, Angie hizo un vídeo-diario. En el imploró una vez más al primer ministro australiano, Kevin Rudd, legalizar la eutanasia voluntaria en Australia. La trágica historia de Angelique muestra muchas cosas, incluyendo el por qué una sociedad moderna y civilizada necesita tanto los mejores cuidados paliativos como la eutanasia / el suicidio asistido voluntario.
Su historia se cuenta en el largometraje documental 35 cartas, ganador del Festival de cine de Sídney en 2015. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=5DqXGLwmJsc
En Exit, contactan con nosotros frecuentemente personas que nos dicen que sus cuidados paliativos son de los mejores, pero