La mayoría de los productos están sujetos a alguna forma de degradación a lo largo del tiempo. Lo puede provocar su descomposición química, física o microbiana. El mayor impacto de la degradación de un fármaco es la pérdida de potencia.
Para garantizar que los medicamentos tengan la mayor eficacia posible, los fabricantes incluyen en cada producto instrucciones para conservarlos y una “fecha de caducidad”. Al tiempo transcurrido entre la fabricación y la “fecha de caducidad” es lo que se llama “vida útil” del producto y va en beneficio del fabricante que sea lo más larga posible. Está claro que un medicamento no se convertirá en inefectivo pasada la fecha de caducidad. De hecho, esa fecha solo indica que si el producto se ha conservado correctamente no se habrá producido degradación química, física o microbiana significante antes de esa fecha.
La investigación demuestra que muchos medicamentos se mantienen altamente efectivos durante muchos años después de su fecha de caducidad. Para las medicinas modernas las