Angelique Flowers en la tumba de Oscar Wilde en el cementerio Pere Lachaise de París en 2006.
abordar el dolor con éxito en el 95% de los casos. Lo que está menos divulgado es la capacidad limitada de la especialidad para aliviar otros síntomas comunes de la enfermedad grave, síntomas tales como debilidad, ahogo o náuseas. O, sencillamente, garantizar una buena muerte.
Las deficiencias de los cuidados paliativos nunca han sido más evidentes que en la trágica muerte de la escritora australiana de 31 años Angelique Flowers, en agosto de 2008. A la edad de 15 años, a Angelique le fue diagnosticada la dolorosa enfermedad de Crohn. El 9 de mayo de 2008, poco antes de cumplir 31 años, se le diagnosticó cáncer de colon de nivel 4.
Angelique dijo en uno de los varios vídeos que hizo en las semanas previas a su muerte que no hay un nivel 5. En el nivel 4 cuando fue diagnosticado, el cáncer ya se había extendido a su hígado y los ovarios. Los médicos de Angie le dijeron entonces que sus días estaban contados. También le dijeron que había muy poco que hacer para asegurarle que su muerte fuese sin dolor y digna.