es pequeño y menor cada día. Este proceso de reemplazar medicinas potencialmente letales con alternativas modernas más seguras no se detiene. Los mortíferos barbitúricos de hace años hoy han sido reemplazados por modernas tabletas somníferas más seguras.
Los letales antidepresivos tricíclicos casi han desaparecido, reemplazados por productos mucho más seguros como los inhibidores de la serotonina como el Prozac. Calmantes como el propoxifeno se hallan sujetos a revisión y ya han sido reemplazados en muchos países. El número de medicamentos prácticos para asistir a un enfermo grave que busca una muerte apacible disminuyen cada día.
Medicinas, su ingesta y su sabor
Alguien deseando una muerte apacible deberá consumir una cantidad letal del medicamento elegido. Estas medicinas son a menudo de sabor amargo y el consumo de una cantidad grande (sobre todo si se trata de tabletas) también puede ser difícil para una persona con alguna dolencia que afecte al mecanismo de la deglución.
Son ejemplos de ello las enfermedades de la garganta o el esófago o las enfermedades de las neuronas motoras que puedan afectar a los músculos necesarios para tragar. En algunos casos los problemas pueden ser tan severos que no dan opción a la ingestión de medicamentos.
Para evitar el sabor amargo de la dosis letal a veces se mezclan los medicamentos con alguna otra sustancia para disfrazar su sabor. Otra forma consiste en pulverizar la lengua y la garganta con un anestésico local como lignocaína. Por experiencia, en