Para obtener estos medicamentos antieméticos, generalmente se necesita una receta, así que prepárese para inventar una historia para contarle a su médico, como la necesidad de un antiemético debido a un crucero marítimo planificado. Es poco probable que obtenga una respuesta positiva si facilita la verdadera razón por la que necesita el antiemético: ¡para no vomitar sus fármacos para una muerte digna!
Y, si se dan problemas de acceso y no consigue la metoclopramida, ¿por qué no se conforma con tomar dramamina de venta libre o relajarse con un cannabis de buena calidad? Tenga en cuenta que siempre se aconseja probar antes para ver si se producen efectos secundarios.
Tenga en cuenta que si después de usar el antiemético elegido se producen vómitos, aunque solo sea una pequeña cantidad, el intento es un fracaso y debe abandonarse. Es imposible saber qué cantidad de fármaco queda en su estómago y, como tal, es peligroso proceder.
Se aconseja empezar rápidamente a provocarse más vómitos. Métase los dedos en la garganta para inducir el vómito físicamente. Es de gran importancia eliminar la mayor cantidad posible de la droga letal ingerida. A continuación, beba una gran cantidad de agua. Intente descansar hasta que se haya procesado la fracción del fármaco letal que se ha administrado. Cuando las cosas se calmen, elija una fecha adecuada alternativa en el futuro.
Si el vómito o el temor a vomitar persistiesen, podría ser necesario buscar un método alternativo de muerte digna. La utilización de un gas inerte como el nitrógeno, que implica la ausencia de necesidad de tragar y no tiene el riesgo de producir vómitos, puede ser más adecuada.