Sin embargo, cuando se usa correctamente una bolsa Exit de plástico, no hay obstrucción alguna y la muerte es apacible. La persona respira fácilmente a medida que la bolsa se expande y contrae con la respiración. Esto contrasta radicalmente con la muerte por obstrucción de las vías respiratorias. Por eso es importante no confundir la muerte hipóxica feliz y apacible que es posible (cuando se usa correctamente una bolsa Exit) con la muerte lúgubre por asfixia que resulta de una obstrucción de las vías respiratorias.
Los informes de los medios de comunicación suelen potenciar esta confusión. En 2001, un artículo publicado en el periódico The Australian por un destacado activista contra la eutanasia se refirió a las muertes producidas por bolsas Exit como “una reminiscencia de las ejecuciones con bolsas de la compra de los Jemeres Rojos en los campos de exterminio de Camboya”.
La película de Netflix de 2017 “La mujer más odiada de América” (sobre la fundadora de American Atheists -ateísmo estadounidense- Madalyn Murray O’Hair) ofrecía una descripción gráfica de su asesinato con una bolsa de plástico. Estas horribles muertes por asfixia con bolsas de plástico no fueron las felices muertes por hipoxia que se detallan en este capítulo. No es de extrañar que haya tanta confusión y resistencia públicas a este método. Tampoco es sorprendente que las bolsas de plástico tengan un cierto factor desagradable y que muchas personas aseveren que nunca utilizarían ese método.
Exit enfatiza que aunque uno pueda tener preocupaciones estéticas sobre el uso de una bolsa de plástico para conseguir una muerte feliz por hipoxia, la fisiología es clara. Cuando se utiliza correctamente, la muerte será rápida, fiable, apacible, legal y excepcionalmente indetectable.