Cualquier medicamento tomado oralmente puede ser vomitado, y esta preocupación puede causar una considerable ansiedad. Alguien que intente morir debe tomar la cantidad (letal) total, por tanto es importante asegurarse de que no haya vómito. Algunas personas son propensas a vomitar y ciertas enfermedades pueden ocasionar vómitos. En una minoría de casos el vómito o el temor a que este se produzca pueden ser un problema tal que no sea posible el uso oral de los fármacos.
Para empeorar las cosas, los fármacos para poner fin a la vida suelen ser amargos. Su fuerte sabor, especialmente cuando se toma en forma de líquido, puede inducir el vómito. Esto retardará inevitablemente el vaciado gástrico y reducirá la eficacia de los mismos.
Para minimizar el riesgo de vomitar y acelerar el vaciado gástrico, se suele utilizar una dosis única de antivomitivo (antiemético). O el fármaco puede tomarse durante un tiempo anterior al consumo del producto letal. De hecho, organizaciones como Dignitas en Zúrich, que facilitan Nembutal oral a quienes desean morir dignamente, insisten en que ha de tomarse un fármaco antiemético antes que el barbitúrico letal. Hay varios medicamentos indicados para este propósito, aunque a menudo son fármacos controlados o sujetos a prescripción. Tenga en cuenta que puede ser necesario inventar una razón al solicitar al médico que se los prescriba.
Todas las drogas antieméticas tienen efectos secundarios. Algunos pueden ser graves. Si no ha tomado nunca estos antieméticos, sería prudente tomar una dosis de prueba del fármaco planificado antes de su utilización en el momento de poner fin a su vida. Además, se producen ocasionalmente alergias e hipersensibilidades a ciertos antieméticos en particular, y esto también debe tenerse en cuenta en el momento de decidir qué agente utilizar.