La hipoxia histotóxica se produce cuando se suministra oxígeno a las células del cerebro, pero el daño causado en el metabolismo celular hace que este oxígeno sea inutilizable.
Son ejemplos de esto los efectos de la ingestión de sustancias como el cianuro o la azida de sodio, o la inhalación de ácido sulfhídrico. Las sustancias que interfieren con la glucosa en sangre (la fuente de energía esencial para las células cerebrales) también causarán la muerte (por ejemplo, si se usa insulina para reducir el azúcar en la sangre).
Hipoxia feliz
No todas estas muertes hipóxicas son “felices”. La hipoxia hipóxica provocada por la inhalación de nitrógeno puro será desorientadora y levemente eufórica antes de conducir a una rápida pérdida del conocimiento y a la muerte. Pero la hipoxia hipóxica provocada por la obstrucción de las vías respiratorias (por ejemplo, ahorcándose) es aterradora, y uno luchará para liberarse de la obstrucción. Mientras que ahorcarse puede ser una muerte hipóxica fiable, no es apacible en absoluto.
El término “hipoxia feliz” llamó la atención por primera vez a principios de 2020 durante la pandemia de COVID-19. Se descubrió que algunas personas cuyos pulmones se vieron gravemente afectados por el virus (de modo que el oxígeno no podía pasar fácilmente a la sangre) eran hipóxicas. Sin embargo, estos pacientes no estaban particularmente angustiados.