Philip Nitschke y David Goodall, Basel, 10 mayo 2018
de Exit en la que se recaudaron los fondos necesarios para que David viajase en Business Class.
A su llegada a Basilea, David vio tanto al médico que le recetaría el Nembutal como a un psiquiatra que confirmó que gozaba de plenas facultades mentales. Para mayor mérito, David quiso que su revisión psiquiátrica se llevara a cabo completamente en alemán. Le llevó unos cuantos minutos de idas y venidas hasta que accedió y permitió que procediera en inglés con traducción. La tenacidad de este hombre (y su dominio del alemán) son dignos de admiración.
En el momento de su muerte, David todavía era independiente en sus necesidades diarias. Aunque tenía a Carol O’Neil (la enfermera de Exit que había viajado con él) a mano “por si acaso”, David cuidaba de sí mismo en su propia habitación del hotel. Iba al baño sin ayuda. Aún tenía esa dignidad. Cuando Carol le preguntó si necesitaba ayuda para ducharse, David “confesó” que no le gustaban las duchas diarias. Él le pidió, siempre tan cortés, que no volviera a tratar el asunto. Se ducharía si, y solo cuando él quisiera. Muy razonable.
David pasó sus últimos días entreteniendo a lo que parecía un flujo interminable de familiares que iban y venían. También