Desafortunadamente, no todos los informes de muertes por cianuro apoyan esta opinión. De hecho, hay una diferencia considerable en los testimonios. Aunque la fiabilidad no supone ningún problema, la pregunta más planteada se refiere a la “tranquilidad” del método. ¿Cómo es de apacible morir con cianuro?
La mayoría de los testimonios de muertes por envenenamiento por cianuro proceden de testigos de ejecuciones en cámaras de gas en las que el preso (involuntario) inhalaba HCN. Un estudio realizado en la cárcel de San Quintín mostró que, por término medio, la consciencia se perdía entre uno y tres minutos después de la inhalación y la muerte sobrevenía después de nueve minutos. Estas muertes eran a menudo pacíficas con el preso durmiéndose rápidamente.
En algunas ocasiones, sin embargo, se observó una muerte violenta (y presumiblemente dolorosa). Este método de ejecución fue abandonado en gran parte de los EE.UU. en 1994 cuando la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles tomó unas medidas acertadas contra el Departamento de Correcciones de California. En sus medidas, la ACLU argumentaba acertadamente que la cámara de gas violaba la prohibición de la Constitución de los Estados Unidos del castigo cruel e inusual, porque infligía dolor y sufrimiento innecesarios.
También son diversos los testimonios de testigos presenciales de personas gravemente enfermas que han ingerido sal de cianuro disuelta. En su libro Final Exit (Salida final), Derek Humphry describe muertes que son rápidas e indoloras. Pero también documenta un relato inexplicable que se refiere a una muerte “horrible y violenta, marcada por frecuentes convulsiones tetánicas mientras la persona está despierta” .
Los textos toxicológicos de la muerte por cianuro se refieren por lo general a un rápido colapso y pérdida de consciencia si se ingiere una dosis lo suficientemente grande. Ocasionalmente, las