SEGURIDAD PÚBLICA
nos resultados. Los programas no deben medirse por la cantidad o hacia quienes llegan, sino por los objetivos y las metas alcanzadas, de lo contrario son entes de reclusión, hacinamiento y productores de mayor criminalidad. Considerando este panorama es ló-
gico percibir el aumento delincuencial; es inútil los intentos de realizar buenas estrategias policiales, someterlos al sis- tema jurídico o encerrarlos en centros penitenciarios y después salir no rehabi- litados sino con mayor experiencia para seguir con sus fechorías.
LA POLICÍA Y LAS FUERZAS ARMADAS
Existe una distorsión en las funciones y tareas policiales por parte de las Fuer- zas Armadas, a quienes se les ha dado la potestad para intervenir en la seguri- dad ciudadana. Esto lejos de fortalecer y apoyar se ha convertido en una amenaza contra la institucionalidad y funciones policiales. El uso de los militares en ta- reas de seguridad ciudadana suelen ser utilizadas en situaciones de excepción.
DEFENSA CONTRA SEGURIDAD
La Defensa Nacional involucra a la pro- tección de la integridad territorial en caso de agresión externa. La Seguridad Nacional es la concepción tradicional basada en la doctrina militar. La Segu- ridad Ciudadana surge de la asociación entre el Estado y la sociedad en la bús- queda de proteger a las personas y las comunidades.
LOS DEFENSORES PÚBLICOS Y LOS JUECES
El deterioro de la justicia se agrava con la falta de defensores públicos y jueces a causa de los bajos salarios y el deterioro ético. Adicionalmente desmotiva la pro- moción y ascensos sin tomarse en cuen- ta el escalafón, los méritos profesionales
y el desempeño laboral. En consecuen- cia, prevalece las prácticas corruptas y el cabildeo político poniendo en entre dicho el sistema judicial. Asimismo, esta situación dificulta el trabajo de la Policía frente al crimen y la inseguridad como parte del sistema de justicia y actor de fuerza de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
LA FAMILIA
Este es el pilar fundamental de una so- ciedad. La seguridad ciudadana con- templa muchos factores a largo plazo, como por ejemplo una planificación y estabilidad familiar, así como la defensa de la niñez El ataque a una sociedad enferma
debe realizarse por todas las institucio- nes y todos debemos ser parte de ese reto, aportando nuestro grano de arena. Se requiere una presencia del Estado en las zonas populares donde el delito es visto todos los días. Los niños crecen imitando ese comportamiento; así se cría a las personas destinadas a una vida pobre y con inclinación a tomar lo nece- sario para lograr una vida más digna. Formamos a nuestros niños dicién-
doles que toda mala acción trae con- secuencias y sanciones; pero después ven la cruda realidad de un sistema que otorga los mismos privilegios al vivir al margen de la ley. Quienes estudian la tragedia del em-
barazo precoz, mencionan distintas ra- zones para su existencia, entre las que destaca la falta de un proyecto de vida. Los niños deben tener idea de hacia dónde quieren ir, qué desean ser en el corto, mediano y largo plazo. No es de extrañar que niñas sin visión de futuro, que no encuentran hacia dónde dirigir
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sus pasos, puedan ver la maternidad como algo deseable a su corta edad. La escasez de oportunidades edu-
cativas y laborales es también causa de embarazos tempranos, así como tener una insuficiente y deficiente educación sexual, acompañada de una crisis de valores. Una adolescente embarazada es señal de degradación y enfermedad social, ante la cual deben encenderse las alarmas.
AMENAZAS A LA CIUDADANÍA
Si el Estado fuera eficiente procedería a erradicar la raíz del problema y no en la implementación del miedo a la repre- sión. Se ha comprobado que el aumen- to de la pena máxima o la imposición de la de muerte no han dilucidado a la población a cometer delitos ya que un pueblo con hambre no mide conse- cuencias. La delincuencia organizada en sus
diferentes modalidades es uno de los problemas más graves y complejos que afectan a la sociedad. Es la amenaza más preocupante que perjudica la vida e in- tegridad de las personas, el patrimonio y la economía del país. Los jóvenes son la mayoría de las víc-
timas y victimarios en los homicidios. Dicha tragedia está asociada a la falta de un empleo, la imposibilidad de capaci- tación o poseer un trabajo constructivo, sacarlos de las pandillas y a los que han delinquido, reinsertarlos en la sociedad. Detrás de los delitos contra la propiedad realizados por los indigentes se encuen- tran historias de violencia, adicciones y depresiones que la sociedad como un todo no ayudó a sanar y esa persona cayó al fondo del abismo. Si existiera
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