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Es inviable un Estado que coexista


con sistemas políticos asediados por la delincuencia organizada. La cuestión de la seguridad ciudadana no es un proble- ma penal aislado del poder político, ni de técnicas policiales antiguas o moder- nas, ni de una discusión académica de expertos o un problema de índole mo- ralista. Se trata de una exigencia política con el objetivo de buscar herramientas que impacten los indicadores de insegu- ridad. Se requiere una mayor profundidad


de análisis sobre la violencia intrafa- miliar, los suicidios, los homicidios y el crimen organizado; así como los nuevos tipos de crímenes y delitos. La violencia en todas sus manifestaciones debe ser una preocupación de los estudiosos de la seguridad pública. Los gobernantes también tienen la responsabilidad de educar, prevenir y manejar profesional- mente estas ocurrencias.


INCREMENTO DE LA VIOLENCIA


Al analizar los indicadores es evidente el aumento de la violencia en estos delitos. La descomposición de la sociedad crea en la población un sentimiento de in- seguridad, abandono y miedo. Por esto, la ciudadanía busca su bienestar al con- tratar vigilantes, retirarse de los puntos de aglomeración de personas, recluirse en sus casas y adquieren dispositivos de seguridad (alarmas, rejas, concertinas, videocámaras, etc.) Por su parte el Poder Ejecutivo ante


el clamor público de una solución a la inseguridad procede a realizar una se- rie de acciones como poner más poli- cías en las calles, endureciendo las le- yes y pidiendo condenas más severas al Poder Judicial. Generalmente, sin tomar medidas estudiadas y planifica- das a corto, mediano y largo plazo para atacar la raíz del problema. El incremento de la población peni-


tenciaria no ha reducido los índices de criminalidad. Para agravar la situación han salido a la luz pública acciones de- lictivas de cuello blanco que ponen en entredicho a la clase política y poderosa del país. Existe una descoordinación entre los


poderes. Por ejemplo, el Poder Judicial somete a una persona a un proceso des- gastante para asegurar su culpabilidad en el hecho imputado; y ordena cumplir su pena en un centro de asistencia. Las instituciones cuya finalidad es reinsertar al condenado a la sociedad enseñándole un oficio y a convivir en paz social; pro- cede a aplicar reglas diferentes y plazos


propios para poder liberar a personas que no han cumplido con el daño que le realizaron a la sociedad. A veces aplican parámetros opuestos a los sometidos en el Poder Judicial, tales como: beneficios carcelarios y tiempo de descuento que no son acordes al tipo de sanción. Los medios televisivos cuando tocan


temas de seguridad ciudadana sólo se enfocan desde el lado policial. La mayo- ría de las notas policiales tienen a la Po- licía como fuente de información para obtener los testimonios de las víctimas o los acusados. Los reporteros comple- mentan su información con fuentes re- lacionadas al tema, como la Defensoría, instituciones estatales y privadas. Los temas que más reproducen los noticie- ros son robos, asaltos, atracos, violacio- nes, violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, consumo de alcohol, consu- mo de drogas y otros. Los periodistas hacen ver que el tema


de la seguridad ciudadana es un proble- ma íntegramente policial. En ese senti- do, abordan a los entrevistados desde el enfoque jurídico-policial; por ejem- plo, cuando se trata de un robo, atraco o violación, la temática va a la falta de policías y justicia, cárcel para los denun- ciados, agravar las penas de los imputa-


dos, entre otros. La mayoría de las notas mantienen ese enfoque y están obvian- do otras realidades. Es necesario que el periodista tam-


bién busque en la gobernación de muni- cipios y otras instituciones, las acciones que están ejecutando para evitar estas problemáticas al evaluar sus acciones para la prevención y la educación.


LOS ESPACIOS PÚBLICOS ESTÁN DESAPARECIENDO


La falta de espacios públicos afecta las relaciones entre los ciudadanos para re- conocerse en igualdad de condiciones. La irresponsabilidad de las comunida- des al abandonar estos lugares en manos del hampa contribuye a que disminuya el espacio para la vida ciudadana. La inseguridad ciudadana, la identi-


ficación de lugares con grupos políticos de marcada ideología y el irrespeto hacia los bienes colectivos contribuyen a que disminuya el goce de esos lugares en li- bertad. La ausencia f ísica de parques, paseos,


instalaciones deportivas y centros cultu- rales impide que las personas disfruten de la ciudad. En dichos sitios se propicia el intercambio social característico de la democracia al generar convivencia en- tre los distintos pensamientos políticos y estilos de vida que coexisten allí. Las condiciones de los espacios pú-


blicos refleja la calidad de la convivencia ciudadana. Bajo este pensamiento, un espacio cuidado demuestra un nivel de reconocimiento entre los ciudadanos. Pero un lugar descuidado expone algún grado de incomprensión entre los mis- mos. La creación de comités de usuarios


incentiva la participación ciudadana en el cuidado de los espacios públicos para velar por el correcto uso de los luga- res y ayudan a la incorporación de los ciudadanos a las labores de la gestión municipal. Lo más importante es que promueve la participación ciudadana y garantiza la diversidad del espacio para todos los usos legítimos.


LAS INSTITUCIONES


Con el sistema penitenciario se está ali- mentando una maquinaria que no está rehabilitando, sino que potencializa carreras criminales; esto es alarmante y con una tendencia al alza. Hay que buscar formulas que incluyan alternati- vas desde el principio y que rompan con esta tendencia criminal. Se requiere un sistema penitencia-


rio que contemple la infraestructura y programas de rehabilitación con bue-


SEGURIDAD PÚBLICA 123


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