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REDES E INFRAESTRUCTURA TI


equipo tendría que estar grabando cons- tantemente. Para mejorar la solución, el espía puede instalar una grabadora ac- tivada por voz, que solamente graba la señal cuando hay sonido en la línea. En lugar de una grabadora, el espía puede optar por colocar un dispositivo en su línea telefónica y transmitir la señal por radiofrecuencia a un receptor remoto. ¿Existe alguna manera de detectar si


alguien está colgado de mi línea escu- chando mis llamadas? ¡Claro que sí! Una manera muy sencilla de detectar esto es la de conectar un dispositivo telefónico con una lamparita que se prenda cada vez que su línea esté en uso y monito- rearla con el teléfono colgado para de- tectar señales de uso de su línea. Otra manera más eficiente es la de instalar un analizador de teléfono para revisar su lí- nea y reportar si existen irregularidades: Si la señal de audio se transmite del


teléfono a algún receptor remoto, nor- malmente la frecuencia de transmisión es detectable. Para lograrlo, se requiere hacer un barrido de frecuencias. El equi- po para hacer barridos es bastante caro y dif ícil de usar, resulta mucho más fácil y económico contratar los servicios de un profesional para detectar si lo están interviniendo de esta manera o no.


INSTRUMENTOS QUE SE UTILIZAN EN EL ESPIONAJE


La barredora de frecuencias detecta on- das electromagnéticas de transmisión; sin embargo, no es capaz de detectar micrófonos estetoscopios, micrófonos parabólicos o micrófonos laser, ya que estos no transmiten ninguna señal. El micrófono parabólico tiene un


alcance de aproximadamente medio ki- lómetro. Sólo basta con apuntarlo hacia las personas o hacia una habitación para escuchar todo lo que se está platicando. El micrófono laser tiene mucho más alcance y sirve para detectar vibracio- nes auditivas principalmente dentro de alguna habitación. Finalmente, el mi- crófono estetoscopio (parecido al este- toscopio utilizado por los médicos para escuchar los latidos del corazón) es de corto alcance (aunque el cable puede ser largo) y de uso limitado. Para impedir el espionaje con este tipo de micrófonos se recomienda poner música con las bocinas apuntadas hacia los cristales de la habitación cuando se discutan temas confidenciales. La música distrae y aun- que funciona para aplicaciones caseras, no es una solución profesional. Para lograr mejores resultados sin distraer y obstaculizar la conversación de las per- sonas, se recomienda la instalación de


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un generador de ruido rosa que emite un sonido casi inaudible a las personas, pero altamente efectivo para impedir intrusiones. Los emisores de ruido rosa se llaman transductores y se recomien- da instalarlos contra los cristales (uno por ventana en la parte de abajo y vien- do hacia arriba). Hasta ahora hemos cubierto cómo


podrían intervenir nuestros teléfonos normales y nuestras conversaciones privadas en una sala de juntas, pero ¿podría alguien intervenir nuestros teléfonos celulares? La respuesta es un contundente sí. Los teléfonos celula- res son simplemente equipos de radio, radios muy sofisticados, pero radios a final de cuentas. El teléfono fue in- ventado por Alejandro Graham Bell en 1876, mientras que las comunicaciones inalámbricas vinculan sus raíces con la invención del radio por Nikolai Tesla en 1880 y formalmente presentado en 1894 por un joven italiano llamado Gu- glielmo Marconi. Es natural que estos dos grandes avances tecnológicos fue- ran combinados algún día.


LA RADIO Y LA TELEFÓNIA CELULAR


En la edad media de las comunicacio- nes, antes del origen de los teléfonos celulares, la gente que realmente necesi- taba de la comunicación móvil recurría a los radio-teléfonos instalados en sus vehículos. En el sistema radio-telefónico había aproximadamente una antena por ciudad y tal vez 40 canales disponibles por antena. Esto requería que dicho aparato en el vehículo contara con un poderoso transmisor (con suficiente potencia para lanzar las señales a 70 km de distancia). También significaba que pocas personas podían utilizarlos ya que la antena no contaba con suficien- tes canales.


El genio de la telefonía celular es la


división de una ciudad en pequeñas celdas, permitiendo la reutilización ex- tensiva de frecuencias para que millones de personas puedan comunicarse si- multáneamente. Una buena manera de comprender la sofisticación de los ce- lulares es la de compararlos con un CB radio o con un par de walkie-talkies. Los walkie-talkies y el CB radio son half-du- plex, esto quiere decir que cuando dos personas se comunican con estos equi- pos utilizan la misma frecuencia para hablar y escuchar. Por este motivo, sólo una puede hablar a la vez y al terminar acostumbra decir “cambio” para que la otra persona entienda que es su turno para hablar. Los teléfonos celulares son full-duplex, esto quiere decir que uti- lizan una frecuencia para hablar y otra diferente para escuchar, situación que le permite a dos personas o más (en el caso de los enlaces telefónicos), hablar al mis- mo tiempo. Los walkie-talkies cuentan con un canal de comunicación, los CB radio con cuarenta. Un típico teléfono celular se puede comunicar en mil 664 canales o más. Los walkie-talkies tienen un alcance


de aproximadamente 2 km utilizando un transmisor de .25 watts. El CB radio tiene más potencia y logra comunicarse a aproximadamente 8 km con un trans- misor de 5 watts. Los teléfonos celula- res operan dentro de celdas y pueden cambiar de celdas conforme cambian de ubicación. Esto le permite a los ce- lulares tener un alcance increíble. En un típico sistema celular analógico en los Estados Unidos de Norte Améri- ca, el carrier recibe aproximadamente 832 frecuencias para utilizar dentro de la ciudad, divide a la ciudad en celdas, cada celda de aproximadamente 25 km cuadrados. Las celdas son hexágo- nos en una gran malla hexagonal, cada hexágono contiene una estación base o


Foto: Bernardo Koenig


Foto: © Denis Dryashkin | Dreamstime.com


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