Entre otros factores, tenemos el crecimiento de la población y la tendencia
al consumo de más carne. El cultivo energético puede competir con otros usos
por el suelo, provocando así la subida del precio de la comida. Algunos tipos de
cultivos de bioenergía pueden aprovechar el suelo marginal o estéril. Este es el
caso, por ejemplo, de las gramíneas y la jatrofa. Sin embargo, el mayor rendi-
miento y los mayores beneficios se consiguen con un suelo de buena calidad, y
esto también se aplica a los cultivos energéticos.
Está reconocido que en gran parte del mundo, el cultivo rinde menos de lo que
debiera; una mejor administración podría aumentar ese rendimiento de forma sus-
tancial, lo que permitiría acoger tanto el cultivo energético como el de alimentos.
De los 13.200 millones de hectáreas de tierra mundial, 1.500 se emplean en cultivos
y 3.500, en pastos para la producción de carne, leche y lana. Los cultivos destina-
dos específicamente a los biocarburantes ocupan en la actualidad 25 millones de
hectáreas. Muchos de los que sufren la subida del precio de los alimentos también
sufren por el incremento del precio del petróleo; mientras que la producción de bio-
carburantes para su uso local podría proporcionar importantes beneficios, al pro-
mover otras actividades económicas que permitieran el aumento de los ingresos.
Campos o Bosques: Otra amenaza radica en el hecho de que el aumento de la
demanda de cultivos energéticos presiona a los bosques, pantanos y otras zonas
de gran valor en reservas de carbono, para poder apropiarse de las tierras de cultivo
(como ya pasó con los brotes de soja o el aceite de palma). Esto podría ocasionar
muchas más emisiones de GEI, por la liberación de carbono del suelo y la destruc-
ción de la vegetación (biomasa).
Movilidad o Sostenibilidad: Otro de los problemas consiste en la manera en la
que se cultiva el suelo destinado a la producción de energía. Al igual que otras
prácticas agrícolas, efecto de la carencia de unos prerrequisitos estrictamente
controlados para la producción sostenible, los cultivos energéticos contribuyen
a las emisiones de GEI mediante la explotación del suelo y la aplicación de fer-
tilizantes. También incrementan la presión en las reservas de agua, ya de por sí
escasas. Los monocultivos reducen la diversidad biológica, la fertilidad del suelo
y son vulnerables a las plagas.
Principios y criterios de sostenibilidad sobre biocarburantes
Con el fin de hacer que los biocarburantes supongan una herramienta para mitigar
con éxito el cambio climático, sin comprometer nuestras vidas, de deben desarrollar
ciertas normas. Tanto organizaciones ecológicas, como países comprometidos u or-
ganizaciones internacionales líderes, exigen un plan internacional de producción de