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SEGURIDAD PÚBLICA Tanto en la protección de personas o


de lugares, la mayoría de las operaciones de seguridad ven de afuera hacia dentro. Lo más común es que la preocupación sea sobre el “quién”, no sobre el “cómo” y deduciendo el cómo, se encuentra el quién. El quién siempre es una persona de confianza, por esto, un buen progra- ma de seguridad se lleva a cabo de aden- tro hacia afuera, basado en acción en lugar de reacción; enfocándose en la in- teligencia que va a prevenir que ocurra el ataque y usando el proceso proactivo de inteligencia preventiva. Entender y “practicar” la SA es el


poder notar detalles “diferentes” y an- ticipar un hecho, tomando los pasos apropiados para evitar una situación peligrosa o prevenir su ejecución. La SA es un concepto clave para lograr una se- guridad efectiva. Las personas normalmente operan


en diferentes niveles cognitivos. En SA van en relación directa a la capacidad de conocer el medio en el que operamos y notar diferencias significativas para evi- tar ser víctima de un delito. Una forma de ver esta diferencia cognitiva es consi- derando que hay tres tipos de personas:


- Los que hacen que las cosas sucedan – los menos.


- Los que observan lo que sucede – algunos.


- Los que no tienen idea de lo que sucede – la gran mayoría.


Otra categorización y explicación in-


teresante la encontramos en el artículo “A Primer on Situational Awareness”, publicado en Stratfor. Scott Stewart presenta cinco niveles donde operan las personas y las representa en el semáforo de SA, con los colores de Cooper. Ofrece una ilustración con los diferentes niveles de Alerta Situacional, donde se pueden encontrar los niveles de atención que practicamos cuando conducimos un au- tomóvil.


Primer nivel, perdido: es como


cuando vamos conduciendo en un me- dio familiar o soñando despiertos, es- cuchando música o distraídos por otras actividades en el auto. Un buen ejemplo de estar perdido es cuando llegamos a nuestro destino y no nos acordamos de cómo llegamos a pesar de que íbamos conduciendo.


Segundo nivel, “alerta relajada”:


equivalente a conducir defensivamente. Es una condición donde estamos relaja- dos, pero vamos observando los otros vehículos en el camino y vemos enfrente para evitar baches y riesgos. Por ejem- plo, si el que conduce nota que otro conductor aparenta no tener noción de parar o que va a hacer un cambio de carril sin señal, instintivamente toca los frenos para evitar el contacto o colisión. Este nivel de conducción defensiva no es cansado y una persona puede conducir así todo el día. Si se tiene la disciplina de mantenerse a este nivel constante, siem- pre hay el riesgo de cambiar a un estado perdido.


CLASIFICACIÓN EN ALERTA SITUACIONAL


Comatoso En estado de shock, imposibilitado a actuar


Alto nivel de alerta


amenaza confirmada, necesidad de actuar


Alerta enfocada observar cuidadosamente un peligro potencial


Alerta relajada


prestar atención sin dejar de disfrutar la vida


Perdido sin precaución del entorno


Tercer nivel, “alerta enfocada”: es


equivalente a conducir bajo condiciones peligrosas de lluvia, en caminos resba- losos y al lado de conductores imprede- cibles que son más comunes cada día. En estas condiciones normalmente las personas mantienen ambas manos en el volante y dan su atención total al cami- no y a los vehículos que los rodean. El nivel de concentración que se requiere es cansado y estresante.


Cuarto nivel, “alta alerta”: este es


el nivel que lleva a una carga de adre- nalina, una oración y un respiro profun- do al mismo tiempo. Sucede cuando el auto de enfrente se para súbitamente y, ¡a los frenos! La alta alerta puede ser es- pantosa, pero a este nivel aún se puede funcionar. El conductor mete los frenos y para el auto bajo control. Incluso, la inyección de adrenalina probablemente le ayuda a reaccionar más rápido. Sin embargo el cuerpo humano sólo puede tolerar esta operación por tiempos cor- tos pues produce fatiga física y mental.


Quinto nivel, “comatoso”: que es lo


que sucede cuando literalmente la per- sona se congela y no responde a ningún estímulo, ya sea porque está dormida o totalmente petrificada por el pánico. Esta parálisis inducida por pánico es lo más preocupante en relación a SA. El nivel comatoso (o más correctamente falta total de SA) es cuando se entra en shock, el cerebro deja de procesar in- formación y simplemente no se puede reaccionar a la realidad de la situación. Normalmente cuando esto sucede la


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Foto: © Robert Crum | Dreamstime.com


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