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SEGURIDAD PRIVADA


franco crecimiento a tasas mínimas del 5 al 8% anual, desde hace varios años. La tendencia se ha acentuado a raíz de la ola de privatizaciones en la región.


Menor oferta pública: Los factores de las fuerzas de seguridad pública en los países desarrollados se repiten en nues- tra región, pero acentuados. Los pro- blemas presupuestarios son mayores, el déficit de recursos humanos y de entre- namiento también lo es, y en varios paí- ses se extiende la preocupación por la calidad del recurso humano que está in- gresando en unas fuerzas de seguridad mal pagas, mal equipadas y en ocasiones socialmente muy desprestigiadas.


Intensidad en mano de obra: El sector es muy intensivo en personal en todo el mundo, y lo es más aún en Latinoamé- rica por la menor tasa de incorporación de tecnología a los servicios. Las cifras aproximadas de guardias formalmente empleados por país son:


País Brasil


México Colombia


Centroamérica Argentina Venezuela Perú Chile


Otros países Total


Número de Guardias


570.000 450.000 190.000 115.000 110.000 65.000 50.000 50.000 80.000


1.680.000


Tabla 1 – Número de Guardias por país en Latinoamérica


Las cifras presentadas en la Tabla 1


representan la mejor estimación – re- ferida al sector formal – que puede conseguirse actualmente. En cuanto a la dimensión del sector informal, que trataremos más adelante, se trata de una “especulación fundada” sobre la base de conversaciones con los referentes de la seguridad privada y autoridades de con- tralor en cada país. Al 1 millón 600 mil guardias de segu-


ridad formalmente registrados, proba- blemente deban añadírsele unos 2 millo- nes informales más. En Latinoamérica, por lo tanto, habría cerca de 4 millones de personas trabajando en el sector de la Seguridad Privada, número que crece del 6 al 8 % anual. Para dimensionar este mercado, debe tenerse en cuenta que en este momento hay unos 690 mil guar- dias registrados en toda Europa.


118 www.seguridadenamerica.com.mx


Competencia por precio: Hay una dura competencia por puro precio en toda la región, acentuada por las dificul- tades económicas generales que presen- tan muchos países. Al acentuarse la con- centración de los clientes corporativos, y la segmentación de los clientes pyme e individuales por la distribución cada vez más regresiva de los ingresos, la compe- tencia por puro precio se exacerba.


Problemas en cobranzas: En Latino- américa y otras regiones, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, las empresas de seguridad tienen dos pro- blemas: concretar ventas y luego cobrar los servicios vendidos. En toda la región, quizás con la excepción de los servicios formales en algunos países como Brasil, la informalidad en el cumplimiento de los plazos de pago comprometidos es más la regla que la excepción. Algunos subsectores de la seguridad


privada, por ejemplo la vigilancia por medio de guardias, son más vulnerables a esta situación. Este segmento tiene ba- jos márgenes de ganancia y un porcentaje sustancial de sus costos que deviene del pago de salarios, cargas sociales, etcétera.


Problemas normativos: En nuestra re- gión existe toda clase de problemas nor- mativos referentes a la seguridad privada. Desde países en los que no existen nor- mas específicas para el sector (como ocu- rría hasta el año pasado en Bolivia y ocu- rre aún hoy en países de Centroamérica), hasta países en los que hay ciertas normas pero insuficientes y que no conforman a nadie, como en el Perú, hasta el otro extre- mo de Argentina. México, como ejemplo de países federales en los que cada provin- cia, estado o municipio puede tener una


ley propia - y suele no haber dos iguales -, lo que causa toda clase de inconvenientes a las organizaciones de seguridad.


Niveles de ilegalidad: En Latinoaméri- ca existen muy altos niveles de ilegalidad en la prestación de servicios de seguridad privada. Al hablar de ilegalidad estamos hablando de una sumatoria de delitos tales como la prestación de servicios por parte de empresas que no se encuentran habilitadas para ello, que evaden el pago de sus impuestos, que brindan servicios con personal sin contratos legales, que no pagan las prestaciones sociales de sus empleados, etcétera. Lo importante en nuestros países es


la extensión del fenómeno. En Argentina hay unos 100 mil guardias formalmente registrados y otros 75 a 110 mil ilegales; en Brasil 570 mil y 1 millón irregular; en México 450 mil y quizás 600 mil ilegales, y la lista continúa. Incluso en Chile, el país de la región


más reputado por el cumplimiento de sus leyes, Carabineros de Chile, órga- no de contralor del sector, contabiliza unos 50 mil guardias registrados, pero no puede estimar ni la cantidad de guar- dias ilegales ni la cantidad de empresas al margen de la ley, aunque supone que la cifra es de poca significación. Con lamentable frecuencia, los com-


pradores de servicios en condiciones manifiestamente ilegales no son sólo clientes privados, sino incluso depen- dencias gubernamentales.


Necesidad de entrenamiento: La ne- cesidad de perfeccionar el entrenamien- to de los involucrados en este sector, no muy diferente a la requerida en muchos otros sectores económicos en Latino-


Foto: © Pakhnyushchyy | Dreamstime.com


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