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REPORTAJE LEY CLERY, SEGURIDAD EN CAMPUS E


sta ley surge en 1990 cuando el Congreso de los Estados Unidos aprueba el Crime Awareness and Campus Security Act. En 1992 fue enmendada para


establecer los procedimientos para el manejo de estudiantes víctimas de ata- ques sexuales. En 1998 se establecieron requisitos más estrictos para la prepa- ración de los informes requeridos por la ley y se cambió oficialmente el nombre a Jeanne Clery Act, en memoria de una estudiante de 19 años que fue asesinada en 1987 dentro de los dormitorios de la residencia de la Universidad de Lehigh. A partir del 2000 se hacen otras enmiendas y se le denomina como Jeanne Clery Disclosure of Campus Security Policy and Campus Crime Statistics Act. Desde esa fecha establece que toda institución universitaria debe contar con un Pro- tocolo de Seguridad.


Responsabilidades que exige la Ley Clery Act:


- Identificar a las autoridades universitarias responsables de su implantación.


- Designar al personal responsable de identificar y corregir áreas de riesgo en el Recinto.


- Identificar al personal responsable de recopilar la información sobre los incidentes delictivos ocurridos en el Recinto.


-


Identificar a las autoridades universitarias con responsabilidad de la seguridad hacia los estudiantes y sus actividades.


- Informar a la comunidad universitaria dónde obtener información relacionada con el registro de ofensores sexuales.


*Aunque la propia Ley impide el derecho de acción legal a las personas (legitimidad activa) para hacerla cumplir, el incumplimiento con el Clery Act podría conllevar una multa de 27 mil 500 dólares por cada violación y la institución que no cumpla con estas disposiciones legales se expone a que le sean retirados los fondos federales de asistencia económica.


la seguridad se hable y discuta con los alumnos para estar seguros que entien- den lo que deben hacer en caso de una emergencia. Por su parte, Oziel Ortiz coincidió


Arturo Arcos


con De Lago al afirmar que en toda em- presa el involucramiento de cada uno de los empleados en los planes de seguri- dad institucional es de suma importan- cia, y en el caso de los miembros de una universidad, también es indispensable. Asimismo, comentó que al hablar de


seguridad es necesario retomar el con- cepto envolvement, que definió como una cobertura, una capa que cubre, no sólo una participación sino una actitud de involucrarse; es algo que no debe faltar en ningún plan de seguridad en universidades. Este término debe ser incluido en “nuestro plan de seguridad: envolver a la comunidad universitaria en la cultura de la autoprotección”. También, consideró que los respon-


sables de la seguridad deben estar aten- tos a los cambios para ir ajustando y modificando continuamente los planes existentes. “Adelantarnos antes de un suceso, nos lleva a aumentar los nive- les de seguridad reforzando los proce- dimientos y exigencias adecuados a los riesgos latentes, lo cual puede resultar incómodo para algunos miembros de la comunidad”, explicó. Un ejemplo es la obligatoriedad de


Además, indicó que el tema de la


percepción del riesgo de una universi- dad privada es muy importante, porque si se percibe como muy riesgosa, los pa- dres de familia no estarán dispuestos a financiar los estudios de sus hijos en esa institución. Estos centros de educación, señaló, deben implementar estrategias que garanticen la seguridad de sus estu- diantes y de la comunidad en general.


MÁS QUE GUARDIAS EN LA PUERTA


La implementación de medidas de se- guridad mucho más complejas se han comenzado a utilizar en algunas insti- tuciones. Sin embargo, Gerardo de Lago comentó que los principales problemas que tienen las áreas de seguridad de al- gunas universidades es que consideran que el resguardo de las instalaciones son “los guardias de la puerta, pero es más que eso”. “La seguridad de la universidad es


una unidad tan compleja que debe te- ner la participación de todos”, aseguró. Y agregó que cuando la comunidad uni- versitaria considera que es sólo proble- ma del departamento de seguridad, es


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un mal síntoma porque en algún suceso que vulnera las instalaciones o a las per- sonas, no se están considerando partici- pes de la seguridad. Señaló que se debe ver a la seguridad


desde un concepto integral que implica tomar en cuenta el perímetro y el in- terior de una manera conjunta, donde cada quien tiene un rol, en algunos ca- sos más participativo que en otro, por lo que es muy importante que el tema de


portar la credencial o ID de acceso, in- dependientemente de que sea una vali- dación manual o automatizada, pues si no se cuenta con ésta las personas que desean entrar al plantel deberán vali- dar ser miembros de la universidad y su identidad con una identificación oficial. A estas medidas mucha gente todavía no se acostumbra, “pero es por su propia seguridad y la de sus hijos”, señaló. “Ningún plan de seguridad está com-


pleto si no considera la participación activa de cada uno de sus integrantes, como señalaba Albert Einstein: ‘el mayor peligro es que la gente buena se siente a ver lo que hacen los malos’; el reto de seguridad es hacer de cada miembro un agente activo de la seguridad institucio- nal”, expresó. Para Arturo Arcos, el concepto de se-


guridad debe ser total; es decir, que la vi- deovigilancia tiene que acompañarse de políticas estrictas de seguridad tanto en el ingreso al plantel como en la correc- ta utilización del sistema. Y afirmó que es importante apoyarse en cámaras con mayor calidad de imagen y sistemas con búsquedas avanzadas que permitan la localización o la identificación del pro- blema de forma proactiva y no reactiva.


Foto: © Svetlana Day | Dreamstime.com


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