cimiento del Servicio de Emergencia 08 en la ciudad de México que fue presen- tado el 19 de septiembre de 1992 para iniciar un período de implementación y prueba hasta diciembre de 1992 e iniciar su operación formal a partir del prime- ro de enero de 1993 como un programa piloto en la delegación Benito Juárez. Cabe destacar que a este período se in- corporaron las primeras experiencias con sistemas de geolocalización susten- tados en dispositivos GPS por medio de sistemas de radiocomunicación. Para este proceso fue necesario de-
sarrollar algunas adecuaciones de inge- niería nacional sobre los componentes de la plataforma tecnológica, diseñados y configurados para operar en condi- ciones muy diferentes a los existentes en el campo de aplicación local. Entre estas adecuaciones destaca: la reconfi- guración del equipo de comunicaciones —inicialmente un equipo de la empresa canadiense Positron y, posteriormente, sustituido por un conmutador Meridian de Northern Telecom— para operar la función de Identificación Automática del Número telefónico (ANI), funda- mental para la operación del servicio, en virtud de que la red telefónica nacional operaba bajo un estándar internacional; sin embargo con algunas “modificacio- nes” de origen nacional. La adecuación más relevante fue la
adaptación de la plataforma de cómpu- to, un equipo Power/FT de la empresa Computer Consoles Incorporated; des- pués adquirida por Northern Telecom, en particular sobre el sistema de aplica- ción LIFE 911 que operaba la funciona- lidad de la información para Automatic Location Information (ALI), elemento importante para agilizar el procesa- miento de las llamadas. Esa adecuación consistió en la integración de un com- ponente de información no previsto en el diseño original y que correspondía a la referencia de las intersecciones de ca- lles en que se encontraba cada dirección. La causa de este componente adicional fue que los sistemas de numeración de las direcciones en las calles del Distrito Federal no tenían una secuencia única sino varias, de tal suerte que un mismo número se podía repetir varias veces so- bre la misma calle. Para la aplicación de estas adecua-
ciones fue necesario, por una parte, efectuar alteraciones a la configuración f ísica del equipo de comunicaciones original y, por otra, también a la progra- mación del sistema de aplicación LIFE 911; esto implicó irrumpir a través de sus barreras de seguridad. Cabe desta-
car que como resultado de esta ruptura de la seguridad, sus diseñadores pudie- ron detectar algunas deficiencias en la estructura del mismo, en particular re- ferente a los mecanismos de protección de la integridad y consistencia de las ba- ses de datos. Mas la verdadera base del éxito de
este servicio fueron dos factores: la im- posición del imprescindible esquema de colaboración, coordinación y comuni- cación interinstitucional entre las diver- sas agencias de servicios de emergencia capitalinas desde el máximo nivel de la entonces Regencia del DF, incluyendo la prevalencia sobre los diversos códigos telefónicos existentes para los servicios de emergencia, algunos de ellos en for- mato simplificado de dos dígitos, lo cual fue posible por las formas de estructura de mando y de operación política de la época; y el factor humano, conformado en su mayor parte por personal extraído del servicio de Locatel, capacitado por la Cruz Roja en diversos temas y apoyo psicológico, y reforzado por especia- listas en atención prehospitalaria, con quienes fue posible crear esquemas de operación que resultaron muy exitosos, como el seguimiento a la atención de los casos reportados, lo cual le dio un atributo de aseguramiento de la calidad (Quality Assurance, QA) inédito para las prácticas institucionales. De los resultados obtenidos con la
implementación de este servicio fue muy relevante la reducción de los tiem- pos de respuesta de los servicios de emergencia que se ubicaron en el ran- go de los tres a cinco minutos para las patrullas de la policía, los cinco a siete minutos para las ambulancias, y los siete a 10 minutos para bomberos, así como en una reducción de casi el 60% en el número de llamadas improcedentes, logrado con una combinación de amo- nestaciones y sanciones sustentadas en la grabación del procesamiento de todas las llamadas; no obstante lo más impor- tante fueron las miles de vidas preser- vadas con estas entonces innovadoras facilidades. En este contexto, entre los casos de éxito destaca el atendido por un especialistas en atención prehospita- laria que a través de instrucciones dadas vía telefónica a una niña de ocho años ayudó a nacer al hermano de la peque- ña que presentaba una complicación: el cordón umbilical enredado en el cuello. De acuerdo al programa planeado
para ese proyecto, en el curso de 1993 la cobertura del servicio se amplió a las de- legaciones Álvaro Obregón, Coyoacán y Miguel Hidalgo, sustentado en un pro-
ceso gradual de ampliación de la capaci- dad de comunicaciones y de cómputo en la plataforma tecnológica, así como de integración de la información requerida. Sin embargo, a partir de enero de 1994 y como respuesta a los eventos ocurridos en el DF y los asociados a la problemáti- ca en el estado de Chiapas fue necesario desechar el plan de implementación ori- ginal: abrir una delegación a la vez. Por lo que se habilitó el servicio para el resto de las delegaciones, aún sin contar con la capacidad de comunicaciones y de cómputo necesaria. Una característica de este servicio fue
Como
ingeniero fue un privilegio haber sido parte del proyecto,
dirigiendo la implementa- ción de la plataforma
tecnológica pues me permitió
cumplir con el compromiso de todo
egresado
politécnico, poner “la técnica al
servicio de la patria” de la manera más satisfactoria
que se puede: contribu- yendo a
preservar vidas
humanas.
que no era gratuito, sino proporcionado mediante una suscripción voluntaria con un costo de siete pesos mensuales para las líneas telefónicas particulares y 12 pesos mensuales para líneas telefóni- cas de negocio que eran operadas a tra- vés de un fideicomiso manejado a través de la empresa Servicios Metropolitanos (Servimet), dependiente de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. El siste- ma inició su fase piloto con una base de datos de 300 mil líneas hasta culminar con tres millones de líneas, de las cua- les poco más de la mitad contrataron la suscripción, lo cual representó ingresos significativos para el Gobierno, una vez descontado el costo de los servicios de mantenimiento del sistema que ascendía a 12 centavos de dólar por línea telefóni- ca registrada en la base. Por ello, el propósito proyectado
para este fideicomiso era precisamente impulsar la mejora y modernización de los recursos de las agencias de servicios de emergencia con estos ingresos, como parte de su responsabilidad institucio- nal, además de administrar la operación del servicio. Sin embargo fue precisa- mente este esquema la causa de su can- celación en noviembre de 2004, además de cuestiones de índole administrativa y cierta intencionalidad en el ámbito po- lítico que causó señalamientos de frau- de contra la empresa contratada para el mantenimiento del sistema. Otras cau- sas fueron la obsolescencia de la plata- forma tecnológica y la reducción en el número de suscriptores después de más de 10 años de operación, lo que compro- metía su viabilidad financiera, señalaron reportes del Gobierno capitalino. Con la desaparición del servicio 080,
sus funciones retornaron a los meca- nismos anteriores, lo que constituyó una verdadera regresión tecnológica y de servicio al reactivar los factores que comprometen la efectividad en la aten- ción de emergencias, tales como la con- fusión al elegir las agencias pertinentes
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