This page contains a Flash digital edition of a book.
EL PROFESIONAL OPINA Pero en esta ocasión, fijaremos la mi-


rada en algunos puntos medulares del recién aprobado y promulgado, Código Nacional de Procedimientos Penales que de ahora en adelante será nombra- do como CN. El pasado 3 de diciembre de 2013 se


aprobó el dictamen de las comisiones unidas de justicia y de estudios legislati- vos de la cámara de diputados, en el que se expide el CN. Este significativo evento, no sólo ge-


nera una gran expectativa con relación a un novedoso marco legal, sino que ade- más rompe con una larguísima caracte- rística de nuestro sistema penal, consis- tente en la enorme cantidad de códigos adjetivos. Esto es, no sólo contábamos con un código Federal de Procedimien- tos Penales sino con un código de pro- cedimientos penales por cada una de las entidades federativas y el Distrito Fe- deral; ahora únicamente tendremos un código de procedimientos penales. Este trascendental cambio pone


en acción la capacidad de cada uno de los congresos locales para adecuar sus legislaciones a este único procedimien- to y es sólo un ejemplo de los muchos cambios que el CN generará. Habrá que, como ya hemos dicho antes, estan- darizar prácticas, programas y estructu- ras; sin embargo pienso que todo eso no será suficiente. Los profesionales de la seguridad y


las empresas prestadoras de estos ser- vicios, ¿ya estarán haciendo lo propio?; entender claramente qué es lo que se espera de la reforma penal. Esto es un buen principio para ir enfocando las mi- ras a esos objetivos.


LOS OBJETIVOS DEL CN El artículo segundo del CN recoge los fi- nes del artículo 20 constitucional, Apar- tado A, Fracción I; esto es que los obje- tivos del proceso son el esclarecimiento de los hechos, la protección del inocen- te, que el culpable no quede impune y que se repare el daño. Un ejercicio interesante sería ver en


perspectiva hasta dónde, hoy en día, se están cumpliendo con estos objetivos. De la respuesta a dicha interrogante podremos obtener fácilmente un claro indicador o termómetro de lo que hace falta hacer y qué tan lejos estamos de cumplir esta meta1


. Llama poderosamente la atención,


el hecho que en anteriores entregas se destacaba la depuración de los perfiles, destrezas y habilidades de los operado- res pues como se puede observar fá- cilmente existe un marcado énfasis en


122 www.seguridadenamerica.com.mx * Acerca del autor


- Jerónimo Ilich Gomár Hernández, DSE, es licenciado en Derecho de la Universidad de Comillas, con experiencia en el área de Seguridad. Si desea conocer más acerca del autor, consulte su CV: seguridadenamerica.com.mx/colaboradores/php


el aspecto pragmático del sistema de control social duro por excelencia (De- recho Penal). Algunos autores como el citado anteriormente ha señalado al respecto que “el sistema de justicia penal entiende que la actividad de las partes no se reduce a la búsqueda de un concepto de verdad, sino a la cana- lización de las pretensiones conflicti- vas”; es decir, hay un enfoque menos abstracto de algunos objetivos y se pre- tende aterrizar en hechos y estrategias eficaces y eficientes, tendientes a llegar, más que a la verdad absoluta (histó- rica) a la resolución de un conflicto mediante la aplicación de reglas claras, así como el respeto a los derechos hu- manos y con ello, al debido proceso. Se dice rápido; pero representa un verda- dero cambio de paradigma que me pa- rece no todos tienen muy presente. No quiere decir que no importa la


verdad, ¡claro que importa! De hecho importa mucho; mas concentrarse úni- camente en arribar a esa verdad, gene- ralmente distorsionada en los actuales procesos penales, no abona en nada a la mejoras del sistema. Por el contrario, esa desfasada tarea


investigativa (en muchos casos) no de- viene en resultados satisfactorios para ninguna de las partes y se pierde en el mar de conceptos y vicios del sistema,


haciendo que el derecho penal se torne como algunos estudiosos del tema han señalado en un derecho penal simbólico. Es importante que en todos los ni-


veles de la sociedad tomemos concien- cia de estos cambios, de estas nuevas visiones y esquemas, seguramente ten- dremos que romper con muchos vicios y defectos en nuestras actividades dia- rias, temas como la corrupción se han vuelto lastres sistémicos que requieren de mucha voluntad y trabajo para des- terrarlos. Sin duda, este sistema por más estructurado que pudiera estar, no servi- rá sin la depuración de las personas que lo aplican, así como de la sociedad a la que se aplica. Termino mi comentario recordando la frase con la que inicio el mismo: “A veces cuesta más trabajo eli- minar un sólo defecto que adquirir cien virtudes”. Estimado lector, ¿hace cuánto que ha


tratado de eliminar un defecto? Inténte- lo, nunca es tarde; pero sobre todo ló- grelo. n


*Referencias 1


Hesbert Benavente Chorres, “Estudio y comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales”, Ed. Flores Editor y Distribuidor, México D.F. 2014.


Foto: © Tomasz Bidermann | Dreamstime.com


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20  |  Page 21  |  Page 22  |  Page 23  |  Page 24  |  Page 25  |  Page 26  |  Page 27  |  Page 28  |  Page 29  |  Page 30  |  Page 31  |  Page 32  |  Page 33  |  Page 34  |  Page 35  |  Page 36  |  Page 37  |  Page 38  |  Page 39  |  Page 40  |  Page 41  |  Page 42  |  Page 43  |  Page 44  |  Page 45  |  Page 46  |  Page 47  |  Page 48  |  Page 49  |  Page 50  |  Page 51  |  Page 52  |  Page 53  |  Page 54  |  Page 55  |  Page 56  |  Page 57  |  Page 58  |  Page 59  |  Page 60  |  Page 61  |  Page 62  |  Page 63  |  Page 64  |  Page 65  |  Page 66  |  Page 67  |  Page 68  |  Page 69  |  Page 70  |  Page 71  |  Page 72  |  Page 73  |  Page 74  |  Page 75  |  Page 76  |  Page 77  |  Page 78  |  Page 79  |  Page 80  |  Page 81  |  Page 82  |  Page 83  |  Page 84  |  Page 85  |  Page 86  |  Page 87  |  Page 88  |  Page 89  |  Page 90  |  Page 91  |  Page 92  |  Page 93  |  Page 94  |  Page 95  |  Page 96  |  Page 97  |  Page 98  |  Page 99  |  Page 100  |  Page 101  |  Page 102  |  Page 103  |  Page 104  |  Page 105  |  Page 106  |  Page 107  |  Page 108  |  Page 109  |  Page 110  |  Page 111  |  Page 112  |  Page 113  |  Page 114  |  Page 115  |  Page 116  |  Page 117  |  Page 118  |  Page 119  |  Page 120  |  Page 121  |  Page 122  |  Page 123  |  Page 124  |  Page 125  |  Page 126  |  Page 127  |  Page 128  |  Page 129  |  Page 130  |  Page 131  |  Page 132  |  Page 133  |  Page 134  |  Page 135  |  Page 136  |  Page 137  |  Page 138  |  Page 139  |  Page 140  |  Page 141  |  Page 142  |  Page 143  |  Page 144  |  Page 145  |  Page 146  |  Page 147  |  Page 148  |  Page 149  |  Page 150