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[EL ARTE DE DERROTAR A LOS OPOSITORES


DE ESTA MANERA, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN GENERAN UN DEBILITAMIENTO DE LA LEALTAD Y ORGULLO PARTIDISTA, CUANDO SUS OPINIONES, COMENTARIOS O NOTAS INFORMATIVAS DENOTAN, CRITICAN, RIDICULIZAN, CARICATURIZAN Y ATACAN AL PARTIDO, A SUS DIRIGENTES O A SUS GOBIERNOS.


alternativa propia con todo lo que le agrade y beneficie (bienestar, calidad de vida, progreso económico, empleo, seguridad, etc.) y, por el otro, asociar el voto por los opo- sitores con todo lo que le desagrade y genere dolor o daño a los ciudadanos (inseguridad, pobreza, crisis, des- empleo, etc.). De esta forma, es muy común ver durante las cam-


pañas electorales el intento de los políticos por asociar a sus adversarios con todo lo que genera sufrimiento, do- lor o lastima a los votantes y referenciándose ellos mis- mo, como los que pueden ayudar a salir de la situación que lastima y daña a los votantes. Es decir, el dolor ge- nera malestar social, sufrimiento y, en general, un senti- miento displacentero que motiva a los seres humanos a actuar para tratar de deshacerse de lo que les daña, les molesta y los hace sufrir. Es así como el dolor y su evitación se utilizan en es-


tos comicios, ya sea como símbolos de la lucha electoral, como fines superiores de la política, como parte de la agenda de campaña o, incluso, como discurso recurrente de las acciones proselitistas. Es decir, este tipo de cam- pañas buscan lucrar con el dolor de los electores, susten- tando el éxito político en el sufrimiento y tormento de los votantes.


LAS CAMPAÑAS CENTRADAS EN LA CREACIÓN DE VERGÜENZA. Movilizar la vergüenza de los electores, también, forma parte de las estrategias políticas durante las campañas electorales. La vergüenza es una emoción de segundo orden que se conceptualiza como una sensación hu- mana o afección emocional que genera una turbación del ánimo ocasionada por alguna falta cometida o por alguna acción deshonrosa y humillante, ya sea propia o ajena. Se genera por diferentes motivos como puede ser una afrenta pública, una ofensa personal o un descrédi- to. Se asocia también con el deshonor, la desgracia o la reprobación (Evans, 2001). En términos de relaciones de poder, la movilización


del sentimiento de vergüenza entre las personas se utili- za como instrumento de control social y como estrategia para dominar a los adversarios, ya que, por un lado, un individuo que la siente se encuentra en una situación de debilidad relativa y, por el otro, a las personas que se les hace sentir vergüenza por las acciones, actitudes y po- sicionamientos de los líderes o partidos de su simpatía que son adversarios políticos del que manipula la ver- güenza de estos, debilitándoles su lealtad y convicción al asociárseles con la ridiculez y la necedad. De hecho, la estrategia de muchos políticos está orientada a provocar vergüenza a las personas por sim-


patizar, creer, militar o apoyar a un determinado partido político y sus candidatos. Es decir, la vergüenza puede ser inducida, por un lado, con fines de des-legitimiza- ción del poder y para diluir las simpatías sociales hacia los adversarios y, por el otro, para afianzar el poder de un determinado grupo, partido político o candidato. En esto, los medios de comunicación electrónica y las nue- vas tecnologías digitales juegan un papel protagónico. De esta manera, los medios de comunicación gene-


ran un debilitamiento de la lealtad y orgullo partidista, cuando sus opiniones, comentarios o notas informati- vas denotan, critican, ridiculizan, caricaturizan y atacan al partido, a sus dirigentes o a sus gobiernos. Cuando los errores y los abusos de los políticos son sobredimen- sionados, maximizados y hechos noticia nacional, esta emoción se ve afectada. La idea sobre la que se sustenta esta estrategia es


generar vergüenza por creer, coincidir, simpatizar, apo- yar y militar en un determinado partido político, para que luego, ésta se traduzca en desprecio o rechazo hacia esta misma formación política en un momento o coyun- tura electoral. En sí, la manipulación de la emoción de la vergüenza, representa una forma encubierta de control social o ataque sutil hacia una determinada ideología, institución o liderazgo político apelando al miedo de la gente, ya que, como se señaló más arriba, uno de los más grandes temores del ser humano es el miedo a ser avergonzado. De igual forma, se debilita el orgullo partidista y se


genera un sentimiento de vergüenza social cuando se emiten, a través de los medios de comunicación y el ci- berespacio, opiniones, comentarios o notas informativas desafortunadas, con posicionamientos radicales, escan- dalosos y desfavorables hacia un determinado partido político, sus dirigentes y militantes, de tal forma, que los ciudadanos en lugar de sentir orgullo por militar, simpa- tizar y apoyar a este instituto político siente vergüenza, lo que le lleva a debilitar su lealtad y simpatía partidista.


LAS CAMPAÑAS CENTRADAS EN EL ATAQUE Atacar a los adversarios es también algo muy común durante las campañas electorales. De hecho, un adagio popular señala que “la mejor defensa es el ataque.” Al respecto, Sun Tzu en “El arte de la guerra” decía que “la invencibilidad radica en la defensa, mientras que la posi- bilidad de victoria radica en el ataque.” En el ámbito electoral, ya desde el año 53 antes de


Cristo, Quinto Tulio Cicerón aconsejaba “Procura que toda tu campaña se lleve a cabo con gran séquito, que sea brillante, espléndida, popular, que


Noviembre - Diciembre 2012


VERGÜENZA


La vergüenza es una emoción de segundo orden que se concep- tualiza como una sensación hu- mana o afección emocional que genera una tur- bación del ánimo ocasionada por alguna falta


cometida o por alguna acción deshonrosa y hu- millante, ya sea propia o ajena.


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“La invenci- bilidad radica en la defensa, mientras que la posibilidad de victoria


radica en el ataque.”


SUN TZU EL ARTE DE LA GUERRA


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