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VENEZUELA 2012: DEL USO AL ABUSO DE LAS ENCUESTAS
Tambien por primera vez, esta campaña fue pródiga en ruedas de prensa convocadas por voceros de firmas en- cuestadoras, en hoteles o centros de convenciones, don- de hacían una generosa entrega de resultados, sin jamás ofrecer información relativa a quién había pagado por esa logística, ni ese trabajo de campo, y sin ofrecer pis- tas sobre qué magnánimos clientes habrían autorizado la difusión de esos resultados. Las encuestas político electorales se convirtieron en
La ONG
Liderazgo y Visión,
con el apoyo técnico de
DataStrategia realizó el En- cuestómetro.
asuntos de interés público. Hubo algunos avances en el sentido de ¨normalizar¨ la actividad encuestadora: el diario Ultimas Noticias, en la conducción de un ciclo de foros públicos que convocaba a los representantes de las principales encuestadoras. La ONG Liderazgo y Visión, con el apoyo técnico de DataStrategia realizó el Encues- tómetro (
http://www.encuestometro.com) un test de fácil aplicación a las encuestas publicadas, que buscaba validar algunas buenas prácticas de reconocida validez en un cuestionario de diez preguntas. Por su parte la institución electoral hizo un tímido intento regulatorio obligando al registro de las encuestadoras que quisieran publicar resultados en la entidad. Pese a estos esfuerzos el caos estaba servido, y el ruido que generaban las en- cuestas se agregó al de la campaña.
LO QUE TENÍAN EN COMÚN 18
TODAS LAS ENCUESTAS que vociferaba el sistema nacional de medios público no era solamente que todas daban ganador a Chávez, sino que lo hacían asignándole al candidato Capriles una mínima intención de voto.
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DE LA ENCUESTA COMO ARGUMENTO
Otra novedad en este proceso electoral es que se pre- tendió usar las encuestas como principal argumento de campaña del oficialismo. Fue muy claramente observa- ble en la red de medios oficiales como la supuesta “gue- rra de encuestas” formaba parte de una línea editorial, me atrevería a decir que quizás la principal línea edito- rial. Incluso desde bastante antes de que comenzara la campaña oficialmente ya se hablaba de supuestas bre- chas enormes, que se ampliaban cuanto más descono- cida era la encuestadora. Con tanta audacia que los vo- ceros oficialistas hablaban de “tendencias irreversibles”. Pareciera que el hecho electoral hubiera sido hasta pres- cindible ante tamaña brecha. Este mensaje se hizo presente, incluso, y de mane-
ra abundante en pautas publicitarias. Lo que tenían en común todas las encuestas que vociferaba el sistema nacional de medios público no era solamente que to- das daban ganador a Chávez, sino que lo hacían asig- nándole al candidato Capriles una mínima intención de voto, que no se compaginaba incluso con un escenario electoral equivalente al peor desempeño histórico de la oposición. Esta característica tenía por objetivo, a mi juicio, minimizar la visibilidad del candidato opositor y disminuirlo. probablemente manera orquestada con la invisibilización que procuraba el presidente Chávez, quien nunca se refirió durante toda la campaña a Henri- que Capriles Radonski por su nombre, sino por epítetos descalificadores. Ni el programa ni el candidato eran tan importan-
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tes como las encuestas en el mensaje del oficialismo. A la postre esta estrategia no tuvo todo el éxito buscado. Colocar el foco argumental de la campaña en las encues- tas y la supuesta “brecha irreversible” que separaba al candidato-presidente del candidato opositor tuvo dos consecuencias no deseadas: por un lado generó tran- quilidad triunfalista en la maquinaria partidaria del chavismo, y por otro facilitó la construcción del relato de campaña de Henrique Capriles, con el empleo de una historia tan poderosamente épica como la de David y Goliath. Sin embargo la estrategia pudo haber incidido en añadir dificultades al desmontaje de ciertos miedos presentes en el elector venezolano, aspecto que se alude en el siguiente punto.
03
FACTOR MIEDO Y PERCEPCIÓN DE GANADOR
Aún cuando las encuestas en muchas campañas se em- plean como instrumentos proselitistas pues tienen ellas un pequeño impacto en los tropismos de ultima hora del elector (efecto Carro-ganador como lo denominara Elizabeth Noelle-Naumann), en la elección venezolana pudieron tener un impacto aún mayor, en el sentido del fortalecimiento de percepciones del elector en relación a ganadores y perdedores.
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