[VENEZUELA 2012: DEL USO AL ABUSO DE LAS ENCUESTAS
VENEZUELA 2012:
DEL USO
AL ABUSO DE LAS ENCUESTAS
POR CARMEN BEATRIZ FERNÁNDEZ B
ien sabido es que los estudios de opinión pública son inheren- tes a una campaña electoral. No puede hablarse de un buen comando de campaña que no maneje encuestas y grupos fo- cales. Las encuestas sirven para tomar decisiones relevantes y son el instrumento estratégico
que, cual sofisticado GPS, indica los obstáculos en ese sendero que nos acerca a la meta. Con las encuestas un comando mide, aprende, verifica, vuelve a medir y co- rrige si hace falta. Con los focus, en cambio, se valida y se calibran los mensajes en segmentos claves. Los pro- cesos electorales son tiempos de gran incertidumbre y las encuestas son instrumentos que hacen aminorar la incertidumbre en, al menos, dos sentidos: una en cuan- to a identificar las formas óptimas de comunicarse con el elector (que representa su real valor para la gerencia de la campaña); y dos, que es el valor más comúnmente premiado por la prensa, en cuanto a usarlas por su valor predictivo (o de carrera de caballos, para ir viendo cómo van los candidatos en la carrera electoral). Entre las novedades que adornaron el reciente pro-
ceso electoral venezolano resalta mucho este segundo uso, así como el empleo de las encuestas con fines propa- gandísticos. Probablemente no será ello algo demasiado novedoso en la praxis política latinoamericana, por el contrario, suelen aparecer en cada campaña, con el mis- mo entusiasmo que un buen militante comprometido, sin embargo en el caso venezolano ello vino aparejado con ciertas particularidades que valdría la pena resaltar.
ENTRE LAS NOVEDADES QUE ADORNARON EL RECIENTE PROCESO ELECTORAL VENEZOLANO RESALTA EL EMPLEO DE LAS ENCUESTAS CON FINES PROPAGANDÍSTICOS.
01 AMPLÍSIMAS VARIACIONES
Las encuestas pueden variar en su interpretación de la realidad, y con frecuencia lo hacen. En Venezuela ello es muy común pues existe muy poca estandarización me- todológica. Las distintas firmas encuestadoras definen su propio muestreo, su método de encuestas y su cues- tionario, con limitado intercambio metodológico entre los actores. Ni siquiera la pregunta relativa a la intención de voto es estándar, como si lo viene siendo desde hace años ya en otros países de la región. Con tal disparidad metodológica no resulta extraño
que las encuestas varíen. Lo que sí resultó inusual, en este proceso electoral, es que variasen TANTO. Dos en- cuestadoras que medían intención de voto, en el mismo momento electoral podían darle 25 puntos por encima a Chávez, una, y 5 puntos por encima a Capriles, otra. Parte del problema fue la aparición de firmas com-
pletamente nuevas al mercado, sin tradición de trabajo ni prestigio previo que pudiera validarse. Otro incon- veniente surgió con la amplificación de los contenidos de las encuestas por los medios de comunicación, con poco criterio crítico (con algunas notables excepciones).
Noviembre - Diciembre 2012 CON TAL DIS-
PARIDAD ME- TODOLÓGICA NO RESULTA
EXTRAÑO QUE LAS ENCUES- TAS VARÍEN. LO QUE SÍ RESULTÓ
INUSUAL, EN
ESTE PROCESO ELECTORAL, ES QUE VARIASEN TANTO.
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