RESUMEN
De acuerdo con el Índice Global del Hambre (GHI, por sus siglas en inglés) de 2012, el hambre a nivel mundial ha disminuido algo desde 1990 pero continúa siendo “serio”. El promedio global enmascara diferencias dramáticas entre regiones y países. A nivel regional, los mayores puntajes del GHI se encuentran en Asia meridional y en el África Subsahariana. Asia meridional redujo sus puntajes de GHI de forma significativa entre 1990 y 1996 —principalmente a través de una reducción en la proporción de niños con bajo peso— pero no pudo mantener este rápido progreso. Y aunque el África Subsahariana progresó menos que Asia meridional en la década de 1990, ha logrado reducir la brecha a partir del nuevo milenio, con un puntaje del GHI en 2012 apenas por debajo del obtenido por Asia meridional. Entre el GHI de 1990 y el GHI de 2012, 15 países redujeron
sus puntajes un 50% o más. En términos de progreso absoluto, las mayores reducciones en los puntajes del GHI entre 1990 y 2012 se dieron en Angola, Bangladesh, Etiopía, Malawi, Nicaragua, Níger y Viet Nam. Veinte países aún presentan niveles de hambre “extremadamente
alarmantes” o “alarmantes”. La mayoría de los países con puntajes de GHI alarmantes se encuentra en el África Subsahariana y Asia meridional (el GHI 2012 no refleja, sin embargo, la crisis reciente en el Cuerno de África —que se intensificó en 2011— o la incierta situación alimentaria en la región del Sahel). Dos de los tres países con puntajes de GHI de 2012 “extremadamente alarmantes” —Burundi y Eritrea— se hallan también en el África Subsahariana. El tercer país con un nivel extremadamente alarmante es Haití, cuyo puntaje del GHI había caído casi un cuarto entre 1990 y 2001, pero la mayor parte de estas mejoras se vieron revertidas en los años subsiguientes. El devastador
terremoto de enero de 2010, aunque no se refleja
plenamente en el GHI 2012 a causa de la insuficiente disponibilidad de datos actualizados, empujó nuevamente a Haití a la categoría de “extremadamente alarmante”. En contraste con los resultados de años recientes, la lista de países en esta última condición no incluyó esta vez a la República Democrática del Congo. Esto se debe principalmente a la insuficiencia de datos para calcular el puntaje del GHI. Se requieren datos actuales y confiables con urgencia para evaluar la situación en ese país. Acontecimientos recientes en los sectores relacionados con las
tierras, el agua y la energía han activado alarmas para la seguridad alimentaria global: la cruda realidad es que el mundo necesita producir más alimentos con menos recursos, eliminando a la vez las prácticas y políticas derrochadoras. Los cambios demográficos, el aumento en los ingresos, el cambio climático y las políticas e instituciones inadecuadas están llevando la escasez de recursos naturales por rutas que amenazan la producción de alimentos y el medio ambiente del que depende. La seguridad alimentaria se halla ahora inextricablemente ligada a los sucesos en los sectores relacionados con las tierras, el agua y la energía. El alza en los precios de la energía afecta los costos de los combustibles y fertilizantes para los productores, incrementa el interés por el cultivo de biocombustibles en relación con el cultivo de alimentos, y sube el precio del uso del agua. La agricultura ya tiene lugar en un contexto de escasez de tierras, tanto en términos de calidad como de cantidad: las mejores tierras arables del mundo ya están bajo cultivo, y las prácticas agrícolas no sostenibles han conducido a una degradación importante de las tierras. La escasez de tierras de cultivo, combinada con políticas miopes sobre la bioenergía, ha conducido a una mayor inversión extranjera en terrenos agrícolas en varios países
Índice Global del Hambre 2012 | Resumen 5
en desarrollo, lo que pone en riesgo el derecho a la tierra de los habitantes locales. Además el agua ya es escasa y posiblemente lo será más a causa del cambio climático. Para detener esta tendencia se requieren estrategias más
holísticas de gestión de las tierras, el agua, la energía y los alimentos, y las mismas se necesitan cuanto antes. Para manejar los recursos naturales de forma sostenible es importante asegurar derechos a la tierra y el agua, eliminar gradualmente los subsidios ineficientes al agua, la energía y los fertilizantes y crear un ambiente macroeconómico que promueva el uso eficiente de los recursos naturales. Es importante también dar un mayor alcance a las soluciones técnicas, en particular a aquellas que conservan los recursos naturales y promueven un uso más eficiente y eficaz de las tierras, la energía y el agua a lo largo de la cadena de valor. También resulta crucial dominar los factores causales de la escasez de recursos naturales prestando atención, por ejemplo, al cambio demográfico y al acceso de la mujer a la educación y a la salud reproductiva; elevando los ingresos y reduciendo la desigualdad; o también adaptándose al cambio climático y mitigando sus efectos por medio de la agricultura. El logro de la seguridad alimentaria presenta retos intimidantes
frente a la escasez de tierras, agua y energía. Los pasos descritos en este informe en materia de política muestran cómo hacer frente a tales retos de forma sostenible y asequible.
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