tarles si sus clientes van a decepcionar- se o van a ser defraudados, al mismo tiempo lo que está desacreditando a todos los empresarios formales, ya que se generaliza en unos malos servicios el trabajo de todo el sector. Esto no es nuevo ni desconocido para
todos los que nos dedicamos a esta acti- vidad; pero ante esto nace una pregunta: ¿qué están haciendo los empresarios de seguridad privada formales para comba- tir esta competencia desleal y que des- credita? La respuesta es sencilla, única- mente quejarse y hacer reclamos al aire. No obstante, sin tomar acciones para re- solver el problema, preocupándose por establecer confrontaciones entre ellos y olvidándose que el verdadero reto es el acabar con la irregularidad.
NECESARIO COORDINARSE Como toda actividad empresarial, una de las soluciones es el organizarse de manera adecuada, donde todos persigan los mismos fines y se obtenga un benefi- cio general. Pero esto se vuelve distante cuando algunos buscan más sus benefi- cios personales que los colectivos, por lo que el sector lejos de unirse bajo una misma causa, se divide, y lejos de lograr combatir a los competidores informales, les está beneficiando con estas rivalida- des e inclusive se les alienta a seguir ope- rando, lo cual continúa destruyendo la economía formal e imagen empresarial. En México existen más de 50 organi-
zaciones de seguridad privada, todas tie- nen buenas propuestas y buscan apoyar a sus agremiados, algunas de éstas con un gran número de socios y otras con unas cuantas empresas, predominando en algunos casos, la actividad o modali- dad específica a que se dedican. En otros casos el tamaño de las empresas que las integran y en otras, las que tienen diver- sas modalidades en sus operaciones; sin embargo, en forma genérica se establece que ninguna de todas las organizaciones tiene el peso específico para combatir la ilegalidad e irregularidad del mercado. La solución parece muy fácil, con
la simple unión de todas las organiza- ciones se multiplicaría la fuerza de la seguridad privada y podrían ser escu- chadas sus demandas con una presen- cia estructurada, donde las autoridades podrían considerarlas con atención ante sus inquietudes y demandas, pero ante esta propuesta surge una dificultad, que parece ser inquebrantable: una gran parte de los empresarios quieren ser la cabeza de esa poderosa estructura gre- mial y es ahí donde nace el permanente conflicto de protagonismo individual. Si
los interesados que buscan ser la cabe- za de representatividad nacional no lo logran, prefieren buscar que no exista esa estructura ordenada y formal; “es preferible que sigamos padeciendo del canibalismo irregular que permitir que otro dirija los destinos de la actividad de miles de empresas”. Los intentos por lograr el objetivo de
un organismo de representación nacio- nal, nacen hace más de 10 años, el pro- blema ha sido extremadamente com- plejo, a muy pocos les interesa lograrlo, pero a una gran mayoría le interesa pre- sidirlo y cuando sus anhelos se ven frus- trados, no reparan en atacar, calumniar y buscar el desprestigio por el medio que sea, incluyendo ataque utilizando a la prensa o alterando la verdad dentro de las asociaciones, generando rumores falsos que influyen en empresarios que por la desinformación que reciben, pier- dan la confianza en lo que puede repre- sentar un medio de regulación que les favorezca. Ante esto se hace necesario buscar
a una persona como dirigente, con un perfil definido, donde no sea el prota- gonismo y los intereses personales lo que prevalezcan y pueda fungir como dirigente nacional, que dé certidumbre a todos los empresarios y la confianza de que buscará crear los beneficios colec- tivos que se requieren y no los de una empresa en lo particular, que su trabajo se enfoque a la regulación de un merca- do existente, ponderando la equidad e igualdad para todas las empresas adhe- ridas. Un aspecto importante dentro de la
creación de una representatividad na- cional, no es el de destruir a las empre- sas irregulares, por el contrario, se les
apoyaría para que puedan conformarse como empresas formales, orientándolos en sus gestiones y ayudándoles a que puedan operar dentro del marco legal. Al mismo tiempo se buscaría que las empresas ilegales, no puedan funcionar en el clandestinaje y así evitar el riesgo que representa el prestar servicios con conductas delictivas, operando como pseudo compañías con fines diferentes a lo que es la protección y salvaguarda de los valores de los contratantes.
CONSECUENCIAS DEL MERCADO IRREGULAR
De acuerdo a información recabada en sondeos, por no existir un medio de medición exacto, se calcula que existen más de 4 mil empresas irregulares o in- formales que prestan servicio a un 40% del mercado, lo que puede representa un valor aproximado de más de 10 mil 500 millones de pesos al año a nivel nacional. Estas compañías operan con personal sin beneficios sociales (IMSS, INFONAVIT); además carecen de equi- pamiento, sin pólizas de garantía y res- ponsabilidad civil para con sus clientes y por lo mismo, dentro de un ámbito de evasión de impuestos. A esto hay que sumarle que al ope-
rar en el clandestinidad, no cuentan con oficinas establecidas y utilizan radios Nextel o teléfonos celulares para con- tacto, lo que permite que si incurren en alguna falta grave no puedan ser res- ponsabilizados y a la vez no puedan ser sancionados por las autoridades compe- tentes y correspondientes. Los casos de reclamos por parte de los contratantes, son constantes, los clientes se sientes defraudados y generalizan esta actividad como deshonesta y desprestigiada.
SEGURIDAD PRIVADA 95
Foto: © Joy Fera |
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