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a ARTÍCULO


lo que los electores dicen pensar sino ana- lizar lo que realmente sienten. Los políticos muchas veces deben


comunicar noticias que no son buenas, forma parte de su trabajo, y por ello co- municar algo malo haciendo que parezca bueno no es tarea fácil. Muchos políticos verbalizan una cosa y sus gesticulaciones faciales van por otro lado. En este sentido falta mucho aprendizaje. Con todo ello, lo más sano en una de-


La cuestión es, no tanto controlar los


medios, sino que aquello que luego salga en los medios esté correctamente comu- nicado. Todo político que se precie se juega su


popularidad en cada acto público. Por mu- cho que intente acaparar el control de los medios, la sociedad no está ciega ni sorda, y sabe si se está reprimiendo el derecho a la libertad de expresión, y eso que interna- cionalmente está muy condenado, ejerce presión sobre quienes intentan controlar- la. Los dirigentes pueden intentar contro- lar a los medios, pero si lo que comunican está sesgado y la sociedad es consciente de ello no hay nada que hacer. Si lo que Correa pretende—y esto es el


fin último del control de los medios de co- municación—es ganar o mantener adep- tos, lo primordial es, primero la libertad y segundo que aquello que comunique lo- gre emocionar al electorado.


El efecto que produce el control de los


medios de comunicación en el electorado no se puede medir, pero la eficacia de la comunicación política sí. Existen técnicas más subjetivas y técnicas más objetivas. Los analistas políticos, expertos en


comunicación suelen analizar la comuni- cación de los políticos en sus intervencio- nes según el juicio que les sugiere, cuan- do se trata de técnicas de evaluación más subjetivas, normalmente apelan a si las intervenciones se ajustan a los cánones que la comunidad científica (casi siempre en términos de oratoria) estima como una buena comunicación política. Dando un paso más en pro de la obje-


tividad, están los juicios de índole más in- terpretativa (en términos estadísticos) que a juzgar por la opinión que los electores dicen tener sobre ciertos políticos motivan las tesis de los analistas sobre la populari- dad o la buena o mala comunicación del político en cuestión. Y acercándonos a la pureza objetiva


surgen otras técnicas de análisis centradas en el comportamiento humano, en este caso las expresiones faciales de los políti- cos. La relación entre éstas y la populari- dad de los políticos está intrínsecamente relacionada, y es capaz de modelar la bue- na comunicación a la que se aludía al prin- cipio de este artículo, capaz de contribuir al éxito electoral, además de no fiarse de


mocracia es garantizar el derecho a la liber- tad de expresión y de prensa y ejercer una correcta y eficaz comunicación y para ello existen nuevas tecnologías que beben de la neurociencia como las que empleamos en Emotion Explorer LAB. Tras el empleo de esta tecnología para analizar las emo- ciones que genera el Presidente de Ecua- dor en el receptor del mensaje político, el resultado fue un predominio de la neutra- lidad y en segundo lugar de la emoción en- fado/confusión, ante la visualización por parte de los sujetos de una entrevista rea- lizada por una periodista argentina sobre la posición de Ecuador con respecto a Irán coincidiendo con la visita de Rafael Correa al país argentino para la recogida del pre- mio anteriormente comentado.


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Análisis emocional de la comunicación política


EN CONCLUSIÓN: si la comunicación es buena, no hará falta control de los medios. Y si el control se da pero la comunicación no es buena, el resul- tado no será el esperado y el éxito no esta- rá tan asegurado como se espera.


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Bárbara Aucejo Devís Politóloga y Consultora de Neuropolítica. Especialista en Campañas Electorales y Gestión Pública. Dirige el Departamento de Neuropolítica en Emotion Explorer LAB


Marzo - Abril 2013


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