ARTÍCULO
a
¿CONTROLAR O CONTROLARNOS?
El poder de la comunicación en las elecciones presidenciales de Ecuador 2013
EL EFECTO QUE PRO- DUCE EL CONTROL DE LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN EN EL ELECTORADO NO SE PUEDE MEDIR, PERO LA EFICACIA DE LA COMUNICA- CIÓN POLÍTICA SÍ.
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Una correcta estrategia comunicati- va en políti- cos, partidos e institucio- nes públicas pueden contribuir —aunque no garanti- zar—el éxito electoral de un partido y su presidente
Q Marzo - Abril 2013
ue el triángulo buena co- municación, votos y victo- ria electoral componen una combinación de éxito no es ningún hallazgo, en dicho
axioma se basa la teoría de la comunica- ción política. Una correcta estrategia comunicativa
en políticos, partidos e instituciones públi- cas pueden contribuir—aunque no garan- tizar—el éxito electoral de un partido y su presidente. La comunicación en Ecuador en un
sentido amplio es un tema candente. Tras el premio otorgado al Presidente Rafael Correa por parte de Cristina Fernández de Kirchner por su ‘’comunicación popular’’ se demuestra que la estrategia de comunica- ción seguida por el Gobierno de Ecuador, en términos de libertad-censura, está en la línea de la seguida por otros gobiernos considerados por ciertos analistas como populistas, sin entrar a valorar el sentido peyorativo que ello pueda tener.
El Presidente Rafael Correa, con su
polémica Ley de Comunicación y su ani- madversión a los medios de comunicación privados sumado al control de los medios de comunicación públicos ejerce una co- municación sesgada en función de sus in- tereses, intentando controlar a los medios privados y convirtiendo en permanente su control sobre los medios públicos. Pero, la cuestión es ¿puede el control
sobre los medios de comunicación suplir y lograr lo que una comunicación más li- bre—pero siempre correcta—sería capaz de hacer? Controlar los medios de comuni- cación es una artimaña política que todas las formas de gobierno (por muy democrá- ticas que sean) realizan con mayor o me- nor descaro, esa evidencia no se le puede negar a Correa, pero nadie asegura que dicho control tenga la misma influencia que una correcta y eficaz comunicación política.
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