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SEMILLERO | LAS RECETAS DE MERKEL


su estilo característico (blazer de distintas tonalidades de colores para evitar añadir más sobriedad a su imagen, un flequillo recto “descuidado” que enmarca sus ojos azules…) y su postura de mutti, cariñosa con el pueblo pero inamovible en sus decisiones, la han convertido en la cara más visible de Alemania.


PEER


STEINBRÜCK La figura del líder del principal partido de la oposición, el Partido Socialdemócrata (SPD), cada vez se vuelve más atractiva para los votantes “centristas”.


66 28%


VOTOS QUE SE ESTIMAN PARA EL PSD


UNA OPOSICIÓN DÉBIL, UNA COALICIÓN NECESARIA La CDU no goza de mayoría absoluta. Los últimos datos del periódico Bild le conceden el 35% de los votos para las próximas elecciones, por lo que tendría que pactar un gobierno de coalición. Su mayor aliado, el Partido Liberal Demócrata (FDP), con el que gobierna actualmente, po- dría quedarse fuera por no alcanzar suficientes escaños. La figura de Peer Steinbrück, líder del principal parti- do de la oposición, el Partido Socialdemócrata (SPD), cada vez se vuelve más atractiva para los votantes “centristas”. Formó parte del Gobierno de coalición que solventó con eficacia los momentos más complicados de la crisis de 2008-2009, pero precisamente esa fortaleza se puede volver un arma de doble filo de cara a desligarse de la im- batible figura de la canciller. Aún con todo, se estima un 28% de los votos para SPD, que formando coalición con los Verdes (14%), podrían arrebatarle el poder a Merkel. Para evitarlo, Merkel ha puesto en marcha una serie de mecanismos encaminados a atraer un mayor número de votantes. El reto es vencer a la izquierda en lo social. Cada vez es mayor la brecha entre ricos y pobres y las clases medias se tambalean en el abismo de la pobre- za. El aumento del gasto social de cara a las elecciones incluye eliminar la tasa médica, dada su ineficiencia e impopularidad, un programa de ayuda a los padres o madres que se queden en casa cuidando a sus hijos y un aumento de las pensiones. La aparente proliferación de las igualdades sociales, tan solo es un instrumento de- magógico para maquillar las ayudas al sector de la ban- ca: si con los impuestos han rescatado al sector financie- ro, la falsa moral electoral determina que también haya que ayudar a los ciudadanos. Esto colisiona con uno de los principales objetivos del centro- derecha: la reduc- ción del déficit. ¿Es posible aumentar el gasto social sin endeudarse? ¿sin aumentar impuestos?¿de dónde pro- viene esa inversión?


14%


VOTOS QUE SE ESTIMAN PARA LOS VERDES


ISSUES: LOS EJES DE LA POLÍTICA MERKEL DE CARA A SEPTIEMBRE ‘13 1. Rescates europeos. ¿Cómo convencer a los alemanes de que hay que seguir dándoles dinero a los países del sur de Europa? Hablando en sus propios términos: eco- nómicos. Si dejan caer a esos países, caerá el euro y toda la Unión Europea. Mientras los bonos de deuda de estos países sigan a la alta (la llamada “Prima de riesgo”), la deuda alemana se financiará casi sin intereses. El reto de Merkel es cómo transmitir una vez más que es necesaria la unidad de Europa para la prosperidad de Alemania.


2. Política energética. El pasado 2011, la CDU anunció el Enero - Febrero 2013


“apagón nuclear” para 2022 y planteó su apuesta por las energías renovables, buscando una sostenibilidad medioambiental que pueda cubrir el gasto energético. Este issue es de los más polémicos, ya que Alemania tiene un consumo energético elevado y una escasez de recursos energéticos, por lo que es dependiente de terceros países. El tejido industrial alemán, que es el principal consumidor de energía, es imprescindible para el liderazgo alemán en tecnología, base de sus exportaciones. Este giro hacia una “política verde” supondría unos estrictos límites de gasto a la vez que haría necesaria una estrategia de diversifica- ción energética dentro de la política exterior.


3. Matrimonios homosexuales. La cuestión en Alemania gira en torno al ámbito fiscal. El matrimonio tradicional, del que es ferviente defensora Merkel, se enraíza en los valores de familia defendidos en la Constitución, y por ello goza de protección social. Actualmente en Alemania los homosexuales pueden inscribirse en el Registro civil como “pareja”; sin embargo, no tienen plena equipara- ción fiscal, ni derechos en materia de herencias o adop- ciones. El ala más progresista de la CDU sí está a favor de la equiparación fiscal de matrimonios.


4. Empleo. Establecimiento del salario mínimo para deter- minados sectores laborales. Integración de inmigración cualificada en el mercado laboral. Alemania roza el pleno empleo: el paro alcanza tan solo al 8% de la población. Sin embargo, el gran problema es que los minijobs, el gran descubrimiento alemán, suponen una cotización mínima, por lo que, a la larga, estos sectores de la población están expuestos a una jubilación al borde de la pobreza.


5. Mujeres. Por un lado, el CDU busca aumentar el papel de las mujeres en el ámbito laboral a través de cuotas en las administraciones de las empresas. Por otro, y ace- chada por una pirámide de población invertida, necesita promover la familia. Para ello, propone ayudas a los pro- genitores que se queden en casa cuidando de los hijos, así como aumentar las guarderías.


ALEMANIA Y LA UE: ¿UNA RELACIÓN DE AMOR - ODIO? Si las cosas le están yendo más o menos bien a Merkel en el interior de su país, no se puede decir lo mismo de lo que ocurre fuera. Este verano cuando la crisis de la deuda puso en el desfiladero a las economías de Italia y España, varios fueron las personalidades que criticaron la gestión de Alemania al respecto. Mario Draghi, el pre- sidente del BCE, demandó que Berlín le permitiese llevar a cabo la polémica compra de bonos estatales; mientras que Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, re- prochó a Merker querer dirigir “a los otros miembros de la Unión como filiales”. No fueron los únicos que alza- ron la voz. La misma presidenta del FMI, Christine Lagar- de, pidió en contadas ocasiones a Berlín que rebajase las presiones sobre los países del sur de Europa y hasta Obama en las últimas reuniones del G-8 reclamó un cre-


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