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es posible ganar una elección sin ca- risma, ya que éste es inseparable del liderazgo político. De esta forma, mu- chos de los candidatos se convierten en lideres atractivos que magnetizan e inspiran confianza y credibilidad a los votantes. Finalmente, se encuentra la ca-


pacidad de construir identidades sociales y políticas por parte de los candidatos. La identidad es una orientación afectiva y valorativa ha- cia un determinado partido, organi- zación, grupo, candidato, ideología o plataforma programática que implica pertenencia a algo o coinci- dencia con alguien. Al identificarse el individuo con otro o con alguien o algo, comparte y refleja su afinidad, su aprecio, su comunión, su simili- tud y su cercanía. La identidad juega un papel de


agregación y suma de voluntades, así como condiciona un comportamiento político ya sea a favor de algo o en su contra. De hecho, la identidad social y política se convierte en un gran motivador de la movilización electoral y del voto a favor de una determi- nada opción o en su contra. De esta forma, la capacidad de construir identidades sociales y políticas por parte de los candidatos se ha convertido no sólo en una estrate- gia exitosa, sino en un verdadero factor real de poder en toda sociedad de estirpe democrática. Estas son otras de las razones de la importancia de los candidatos en las campañas y del por qué se constituyen en el principal mensaje que los partidos envían a los electores.


A MANERA DE CONCLUSIÓN La importancia creciente que han adquirido los candida- tos dentro de los procesos electorales modernos, princi- palmente se debe a la actual tendencia hacia la persona- lización de la política, en la que el afecto, el carisma, las identidades y, sobre todo, la imagen, se han convertido en factores reales de influencia y poder. El candidato es la figura central de la campaña, el


principal comunicador, motivador y promotor del voto. Alguien que personaliza las aspiraciones de un mejor futuro y quien mejor moviliza los sentimientos y emo- ciones de los votantes. De esta forma, el candidato es el mensaje ya que su


historial, su perfil, sus capacidades, sus potencialidades y limitaciones, le dicen mucho o poco a los electores. En este sentido, se constituye como el principal elemento de comunicación, singo y símbolo que un partido envía


LA IDENTIDAD JUEGA UN PAPEL DE AGREGACIÓN Y SUMA DE VOLUNTADES, ASÍ COMO CONDICIONA UN COMPORTAMIENTO POLÍTICO YA SEA A FAVOR DE ALGO O EN SU CONTRA.


a los votantes. En síntesis, un candidato representa la principal di-


visa del partido, quien con una solida mística de triunfo, se convierte en un icono que despierta pasiones y logra la movilización de las masas. Es la síntesis del proyecto político, que se convierte en una ventaja competitiva en la disputa democrática del poder político. Finalmente, solo resta decir que las democracias


modernas reclaman candidatos con atributos perso- nales como vocación, carisma, elocuencia, alcurnia


amor por la política. Sin embargo, también se requiere candidatos con una solida formación académica y co- nocimientos especializados y técnicos que les permitan analizar y entender adecuadamente la realidad y com- plejidad política de los procesos electores en un contex- to de competencia democrática.


Andrés Valdez Zepeda Karla Haydee Ortiz Palafox Universidad de Guadalajara azepeda@cucea.udg.mx


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¿CUÁNDO EL CANDIDATO ES EL MENSAJE?


Bibliografía Napolitan Joseph (1997). ¿cómo ganar elecciones?. Ecuador. Editorial Andina. McLuhan, Herbert Marshall (2000).El medio es el mensaje. USA: Random House,


Enero - Febrero 2013


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