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El Semillero


go basado en las pautas que fija Yuri Morejón para el buen hacer del candidato en un debate: Hablar de los temas que interesan y preocupan a los ciu- dadanos. Diseñar un mensaje claro y contundente, pensado para ser entendido por cualquier espectador y no improvisar. Llevar al rival a debatir temas que el candidato abandera.


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Mostrarse natural y sensible, identificándose con el elec- torado medio, demostrando conocer sus problemas y


ejemplificarlos con casos reales. No descuidar la indumentaria. Ha de ser cómoda, siendo consciente de que cada color proyecta un mensaje diferente. Afirmar, razonar y evidenciar todo lo que se diga en cada intervención. Para ello, usar gráficos, fotografías, estadís-


ticas… Si falta alguna de estas tres patas se restará credibilidad. Comenzar captando la atención, ir al grano desde el princi- pio, y ganándose la benevolencia del público remarcando los beneficios de su candidatura. Preparar el cierre a conciencia. El objetivo es dejar nuestro mensaje en el recuerdo de los espectadores, usando men-


sajes positivos, de confianza y de esperanza. Evitar mensajes de miedo y haciendo apelaciones emotivas, humanizando el discur- so con casos reales que lo identifiquen con la audiencia. Centrarse en su público. No perder el tiempo en respon- der a los rivales que no disputan su mismo electorado.


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Cuando se interpele, dirija la vista al oponente, y mire a cámara conectando con el televidente cuando quiera pronunciar sus mensajes principales. Cuidar la apariencia. En comunicación las apariencias lo son todo. Hay que mostrarse amable, seguro y natural. Nunca se


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enfade, muestre gestos pausados, firmes y sin perder la sonrisa, recor- dando que no sólo hay que hacerlo bien, hay que comunicarlo bien.


No obstante, previamente a la celebración del debate, un can-


didato debe sopesar si le interesa o no acudir al mismo. En el caso de que las encuestas en intención de voto indiquen que se está por debajo respecto al rival, se pedirá el cara a cara. Si está muy por de- bajo en los sondeos lo único que puede conseguir es mejorar. Tam- bién lo pretenderá el aspirante que busque ser más conocido. Otra variante a valorar es la capacidad de retórica y telegénica respecto al oponente. Si el rival le supera ampliamente es mejor no debatir. Si por el contrario, el candidato es atractivo y brillante, y el otro se muestra gris y poco fotogénico se debe intentar la contienda. Hay una regla de oro que se debe cumplir, no aceptar cuan-


do se goza de un claro margen de apoyo popular y el triunfo está prácticamente asegurado. Si se enfrenta sólo se está dando al contrario la oportunidad de obtener publicidad si es poco cono-


...muchos votantes nunca verán en persona al candidato y sólo se formarán una imagen de éste a través de la pantalla, por tanto, el papel jugado por el medio en la percepción adquirida del político será decisivo para determinar su voto.


Septiembre 2011 Campaigns&Elections 33


cido o de que recuperar votos si gana la discusión. Por otro lado, con un candidato con poca gracia habría que ven-


der al público más sus ideas que su persona, y evitar que debata frente a un adversario con un atractivo indudable. Asimismo, si la capacidad retórica es menor ante un contrincante mejor en el cuerpo a cuerpo es preferible callar. En momentos en que se da un empate técnico, es decir, los candidatos se encuentran en igualdad de condiciones, se pueden celebrar porque interesan a ambas partes. Ejemplo de ello fueron las elecciones norteamericanas del 2000 entre Bush y Gore.


La entrevista en televisión La entrevista supone para el candidato una ventana para poder colocar su mensaje y captar nuevas simpatías entre los telespecta- dores no aficionados a la información, que digieren mejor los con- tenidos políticos a través de este formato más ligero. Sin embargo, se dan ciertos riesgos para el candidato si no sabe cómo reaccionar ante cuestiones que no le convienen y que lo dejan en evidencia. Por ello, se requiere de una preparación específica que evite


recurrir a la improvisación. En este sentido, el político debe tener claro que su objetivo no es sólo responder a las preguntas del periodista, sino también colocar su mensaje, que vendrá mar- cado por la investigación previa que realizará el equipo asesor sobre las cuestiones que preocupan al público. Para ello, la estra- tegia más conocida es la del “puente”, respondiendo las cuestio- nes que se planteen al entrevistado, y a continuación, introducir su mensaje. Algunos ejemplos son: - Entiendo su preocupación, pero yo le recordaría que… (mensaje). - Coincido con lo que usted dice, pero también es cierto que… (mensaje). Para transmitir con eficacia su mensaje el candidato debe en-


tender que las ideas que intente trasladar tienen que ser breves, –la tiranía del minuto; sencillas, repetidas reiteradamente, y con ejemplos comprensibles; e impactantes con afirmaciones que no


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