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hay diferentes formas de controlarla, con buenos resultados y, generalmente, cuando estamos luchando contra otras enfermedades la tenemos bajo control. Sin embargo, en orígenes de alta sanidad puede llegar a ser un problema y se ha de plantear, entonces, un control, bien con biológicos o con antibioticos.
M.G.R. La ileitis proliferativa es hoy por hoy una de las principales patologías en porcino y lo peor es que puede causar dos cuadros clínicos distintos y hasta cinco cuadros patológicos diferentes. Sin duda, esto en ocasiones genera confusión. La forma crónica es, posiblemente, la que más perjuicio económico y sanitario está causando en la actualidad, ya no sólo en cuanto a deterioro de la salud de los animales y la interacción con otros pató- genos, sino como una de las principales causas de crecimiento retardado y hete- rogeneidad del peso de los animales al sacrificio. Si se le hicieran cuentas finas, posiblemente estaríamos hablando de una de las patologías más caras económica y productivamente hablando que tenemos en nuestras poblaciones porcinas.
“ADEMÁS DEL CONTROL DE TODOS
LOS POSIBLES PATÓGENOS INVOLUCRADOS EN EL CEP, PARA DISENTERÍA SIGUE SIENDO CLAVE LA HIGIENE
Y LA PROFILAXIS ANTIBIÓTICA”.
MANUEL GUILLERMO RAMIS
más herramientas biológicas para luchar contra los patógenos entéricos. Desde mi punto de vista, es la única alternativa que producirá efectos similares a los que pro- ducían los APC, por tanto debemos de- mandar más investigación y generación de vacunas de última generación frente a los patógenos de complejo entérico.
A.U. Alternativas directas y tan eficaces en el control del problema, probablemen- te no existen, pero se pueden hacer varias cosas que sí ayudan mucho. En primer lugar, prestar mucha aten- ción a la formulación de los piensos y a
los cambios de los mismos: utilizar los niveles de proteína adecuados y usar proteínas que sean bien digestibles en los momentos más peligrosos; ayudarnos con fibra del tipo de la pulpa de remolacha; utilizar aminoácidos sintéticos para bajar la proteína bruta; vigilar el poder tampón del pienso, etc. Existen ciertos aditivos que ayudan a la
flora saprofita del cerdo a combatir mejor a los patógenos, por ejemplo, ciertas com- binaciones de ácidos orgánicos con acei- tes esenciales protegidos que se liberan de su recubrimiento en el intestino grue- so. También hay otras combinaciones de
sales de ácidos orgánicos que se liberan o activan unos en el intestino delgado y otros en el grueso. Estos productos acidi- ficantes tendrán mucha relevancia cuan- do luchemos contra la Salmonella. Existen enzimas que favorecen la di-
gestión de algunas partes de la dieta que podrían ocasionar problemas, fundamen- talmente proteasas y amilasas. Probióticos y prebióticos también ayu-
dan frente a ciertas patologías, por ejem- plo en el caso de la clostridiasis. •
Teresa García. Albéitar
albeitar@grupoasis.com
¿QUÉ ALTERNATIVAS A LOS APC CONSIDERA MÁS EFICIENTES EN EL CONTROL DE LOS PROBLEMAS DI- GESTIVOS EN CEBADEROS?
A.L. Lo principal e imprescindible es controlar los problemas colibacilares. Para ello hemos de vigilar lo que entra por la boca del animal. Lo primero es disponer de una buena calidad de agua y después tener un pienso adecuado a nuestras necesidades. Cada genética debe tener una pauta alimenticia muy concreta controlando todos los parámetros nutri- cionales junto con el nutrólogo. Además, hemos de intentar minimizar cualquier estrés nutricional con las herramientas que consideremos oportunas (acidifican- tes, aceites esenciales, racionamiento, etc.). Una vez controlado esto, el resto de problemas serán de más fácil control. Primero tendremos que extremar la bio- seguridad y asegurar una buena profi- laxis, con antibióticos o con biológicos, dependiendo de la problemática de cada línea genética.
M.G.R. Actualmente no existe ninguna alternativa que produzca los mismos resultados que nos otorgaban los APC. Se han probado numerosas alternativas y aunque algunas de ellas producen cier- ta mejoría, ninguna llega hasta el punto donde estábamos con los APC. Quizá la sanitización de las aguas de consumo y el uso de probióticos sean las más cercanas, pero sin llegar al mismo nivel. Sin duda, el principal punto débil es la ausencia de profilaxis mediante vacunas que hay en comparación con los patógenos res- piratorios. Aunque poco a poco esto va cambiando y cada vez contamos con
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