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El caso del 15M en España


Activismo y Movilización:


El caso del 15M en España Por: Alana Moceri


pal del 22 de Mayo, mi amigo votó en blanco y mi amiga a la Izquierda Unida. Ha sido la derrota del PSOE más fuerte en la historia de la democracia Es- pañola y en términos simples, fue un referéndum so- bre el Presidente Zapatero. Sin duda, los problemas de imagen de Sr. Zapatero tienen sus orígenes en negar la crisis en su principio y de este fallo sale una cadena de dificultades. Sin embargo, es demasiado simple echar la culpa de los resultados electorales a la crisis económica. Hay una lección en esta elección muy básica sobre el papel del activismo y participa- ción en la política Española. Tras años de charlas y mesas redondas en Espa-


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ña sobre las campañas políticas Americanas—sobre todo la campaña de Obama 2008—y el papel de los


Cada individuo tiene la capacidad de despertar a su activista interior y solamente le hace falta una emoción, o una indignación. Existe un limite que cuando lo sobrepasamos algo hace click y salimos a la calle; esto es lo que ha pasado aquí en España en Mayo de 2011 con el movimiento de 15-M...


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n la primavera de 2008 acompañé a dos amigos—los dos profesores de escuelas públicas—a las urnas en Madrid y los dos votaron al PSOE con mucha ilusión. En la elección munici-


activistas; siempre se me ha presentado un comenta- rio: “No tenemos la misma cultura de activismo y par- ticipación política como tenéis en Estados Unidos.” Nunca me lo creía. Cada individuo tiene la capa-


cidad de despertar a su activista interior y solamente le hace falta una emoción, o una indignación. Existe un limite que cuando lo sobrepasamos algo hace click y salimos a la calle; esto es lo que ha pasado aquí en España en Mayo de 2011 con el movimiento de 15-M que ha despertado la indignación de miles de perso- nas que salieron a la calle en ciudades de toda España. En este caso, la chispa ha sido la situación tan


intensamente desesperada de la gente joven en Es- paña, la generación mejor formada en la historia del país—títulos, idiomas y estancias en el extranjero— vive no solamente un rechazo del mercado laboral sino uno también de la política. Me ha explicado Jesús Caldera, vicepresidente y máximo responsable de la Fundación IDEAS, think tank del PSOE, la grave- dad de esta situación en que esta gente se ha que- dado sin trabajo y sin “su papel social y entonces, se siente fuera del sistema.” Pablo López uno de los portavoces del Acampa-


daSol comentó que “No hay objetivo ni representa- mos ningún partido. Estamos aquí por la ciudadanía, en contra de los recortes sociales, la representación en la clase política…” La verdad es este movimien- to—como ha observado The Economist—transmite un estado de ánimo más que un mensaje. Un papel con el título “¿Quiénes somos?” que circulaba por Sol explica: “Estamos aquí porque queremos una socie- dad nueva que dé prioridad a la vida encima de los intereses económicos y políticos. Abogamos por un cambio en la sociedad y en la conciencia social. De- mostrar que la sociedad se ha dormido y que segui-


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