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Perdón y discurso político


como gesto de ruego o abiertas como muestra de limpieza y apertura. Al tratarse de un sentimiento tan complejo, existen numerosos sentimientos vin- culables a la petición de disculpas como la vergüen- za, el miedo, la desilusión o la decepción; por lo que como comentábamos, un análisis de este tipo es di- fícilmente infalible.


El perdón en la cultura El filósofo francés Paul Ricoeur5


, aseguraba que el Tony Blair Esta imagen es tomada de la página www.tonyblairoffice.org


Constatación de la culpabilidad Es interesante observar cómo la mayoría de las solici- tudes de perdón que hacen los políticos o personas públicas tienen lugar una vez se demuestra que son culpables bien tras una investigación, bien tras una clara constatación de la falta. Por regla general, no se destapan errores antes


de que éstos hayan llegado a la opinión pública. Los políticos, son bastante ‘humanos’ en este aspecto ya que tampoco el más común de los mortales suele re- conocer su culpa de buenas a primeras. Pero ¿son siempre esas disculpas sinceras? Para


resolver esta cuestión se podría recurrir al lenguaje no verbal del orador que, aunque no sea infalible, nos dará más información al respecto. Los discursos de perdón suelen caracterizarse por miradas gachas como muestra del arrepentimiento y manos unidas


33 Campaigns&Elections Julio 2011


perdón posee un aura religiosa y no le faltaba razón. La concepción del perdón tiene mucho que ver con el sustrato cultural de cada sociedad. Aún así, se trata de un concepto bastante universal que posee un ca- rácter muy similar. Las religiones lo promueven, bien de forma activa o pasiva. Sea como fuere, la mayoría de las culturas otorgan un papel importante tanto a la solicitud de perdón como a la amnistía del ofen- sor. El Islam, por ejemplo ensalza la capacidad de Alá como ‘el misericordioso’; el Cristianismo habla de la obligación de todo cristiano de perdonar ‘setenta veces siete’ así como incluye una petición de perdón hacia Dios en su oración más importante ‘perdona nuestras ofensas, como también perdonamos a los que nos ofenden’. Mientras el judaísmo tiene una fes- tividad específica: el Yom Kipur o día del perdón. El budismo, incluso, lo concibe como una práctica para prevenir pensamientos dañinos que puedan alterar el bienestar mental. Así pues, caben tantas interpretaciones del per-


dón como ofensores, ofensas y ofendidos. Pedir dis- culpas no es sencillo, el quid político es saber analizar correctamente su aplicación para ‘liberar’ al líder y ‘reconciliarlo’ con la sociedad.


J. Pedro Marfil Medina es experto en asesoramiento de imagen y comunicación política de Keyprocom


LATELLA CALDERÓN, Lino. Análisis de los conceptos de Perdón y Promesa en Hannah Arendt. Revista uto- pía y praxis latinoamericana año 11. Nº35 (Octuvre-


1


Diciembre, 2006) Pp. 107-108. 2


Barral, Barcelona 3


Ibid., p. 107 4Ibid., p. 107


RICOUEUR, P. (2003): La memoria, la historia y el olvi- do. Ed. Trotta, Madrid.


5 ARENDT, H. (1974): La condición humana, Ed. Seix


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