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solamente basado en el ajuste y en los recortes. Sin embargo, no me inmagino a Romney de la mano de algún aliado europeo. Sí acaso con Cameron por los lazos anglo-americanos. El hecho es que EEUU crece a un 2% interanual, y


aunque la imagen del presidente no es todo lo “indó- mita” y profética al estilo carismático de un “Moisés ilusionante” que vino a ser durante la campaña del 2008, el consumo interno, las inversiones privadas y domésticas han experimentado mayor crecimiento. Y todo ello gracias a la diversidad de incentivos para las pequeñas empresas en materia de desgravacio- nes, motivando la inversión y reactivando el consu- mo. De hecho, la agencia federal de Seguridad Na- cional marca la economía como uno de los objetivos irrenunciables junto con la diplomacia, la seguridad interior, así como la cooperación público-privada.


EL IMPACTO INTERNACIONAL DE LA CAMPAÑA AMERICANA La economía sigue centrándo el foco de interés para el electorado (80% según Rasmussen Reports) seguida de la sanidad, transparencia, la corrupción, seguridad social y educación. Las palabras de Oba- ma respecto de la estrecha interdependencia eco- nómica global y transatlántica durante la cumbre de Chicago no son baladíes, iban revestidas de apo- yo a sus aliados, a la Unión Europea…pero también con un cierto sesgo electoral: La reafirmación a su electorado de que es necesario tomar conciencia de un mundo interdependiente a nivel económico (un poco más difuso en lo multicultural y multiét- nico que a inicios de 2008 cacareaba y que enarbo- ló como estandarte el Presidente Zapatero con su “Alianza de Civilizaciones”). La política exterior de Romney: en lo referen-


te al impacto que supondría la política exterior de Romney contenida en su programa electoral, señalar que Romney ha efectuado algunos tours europeos durante su campaña. A grandes rasgos no pretende desviarse de la política republicana en asuntos exteriores basado en gasto militar, reforzar los lazos con Israel rechazando el papel de líder del proceso de paz, endurecer el control fronterizo y se- veridad en las relaciones con China (no solo militar sino también respecto de sus prácticas comerciales desleales), una postura más beligerante respecto de Irán (apoyando a grupos subversivos en el país si fuera necesario), se muestra escéptico respecto del “borrón y cuenta nueva” iniciado con Rusia desde la caída del telón de acero ya que para él Putín está tratando de construir otro imperio, además de ser contrario a la reducción en materia armamentísti- ca de misiles defensivos SLMB. La primavera árabe se ha desarrollado según él desde una pasividad de la administración Obama, ya que debería haber apo- yado y promovido regímenes representativos en la zona. Respecto de Afganistán, es abiertamente par-


LA DERIVA DE LA INTERDEPENDENCIA GLOBAL


tidario de la retirada con frases relativas a que “Si algo ha aprendido América es que no debe de in- miscuirse en otra guerra más de independencia de otra nación”, que en su seno dejaron impertérrito a más de uno. Es, al igual que Obama, partidario de la “guerra encubierta” con drones (aviones no tripula- dos) en Pakistán, llegando a otorgar la calificación a este país de “Estado fallido”.


ASIA-PACÍFICO, EL CENTRO DE INTERÉS En ese sentido, EEUU como es público y notorio a es- tas alturas, lleva compartiendo las grandes líneas en política exterior con la administración republi- cana y demócrata de turno. Para ambas admi- nistraciones, el centro de poder económico desde finales de los 90 se encuentra en toda la región de Asia-Pacífico. El mapa con las innumerables rutas del tráfico marítimo naval mercante da una idea del porqué de este vuelco en política exterior hacia esta región. Las relaciones transatlánticas han pasado a un segundo nivel en cuanto a prioridades de los intereses nacionales de la administración estadounidense se refiere. Además de que, en el plano militar naval, se trata de la región con ma- yor cantidad de maniobras. La adopción de ciertos rasgos del lema “It´s


the economy, stupid” de la campaña de Clinton de 1992, por parte del entorno de Romney, parece sin embargo haberse vuelto incompatible con el estado actual de interdependencia global. Hoy día la evolución de la economía y la prosperidad está ínfimamente relacionada con los acontecimientos globales y supranacionales (caso del impacto de la zona Euro a escala mundial), por lo que la campaña de Obama parece haber “mimetizado” y actualiza- do dicho slogan clintoniano a un contexto global, del que por otra parte él es partícipe y está en con- tacto a diario con el acontecer de las economías a escala regional mundial. Y es paradigmático el hecho de que, el equipo


electoral de Obama, dado el cariz de los aconteci- mientos financieros en Europa, no haya explota- do durante un periodo prolongado en campaña el hallazgo y captura de Bin Laden. Lo cual viene a significar el hecho de que no estamos en una situación post 11-S centrada en el impacto en la opinión pública de la necesidad de reafirmación de la supremacía americana en el mundo, sino en el mantenimiento de los superávits macroeconó- micos domésticos…y eso pasa por el reenfoque de prioridades en cuanto a la “promoción” de los lo- gros obtenidos por la administración Obama.


Daniel Pérez Álvarez Estudiante de Ciencias Políticas especializado en Relaciones Internacionales y Unión Europea.


“SI ALGO HA APRENDIDO AMÉRICA ES QUE NO DEBE DE INMISCUIR- SE EN OTRA GUERRA MÁS DE INDEPEN- DENCIA DE OTRA NACIÓN”, QUE EN SU SENO DEJARON IMPERTÉRRITO A MÁS DE UNO


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