This page contains a Flash digital edition of a book.
[


CUANDO LA VICTORIA ES INFIEL Y EL TAMAÑO NO IMPORTA


hay que confiarse, puesto que la victoria es infiel y el tamaño no importa. Así que si quiere averiguar cómo ganar una campaña sin ser el que tenga el pre- supuesto más grande, le animo a que siga leyendo. Un común error a la hora de sopesar en qué vo-


“…LES PASA- MOS A LOS


VOLUNTARIOS LOS MISMOS TALKING


POINTS QUE LE PASÁBAMOS A OBAMA O A ROBERT


GIBBS A DIA- RIO. DEBÍAN


ESTAR TAN AL CORRIENTE


DE LA CAMPA- ÑA COMO EL CANDIDATO. QUERÍAMOS CONSTRUIR


UN EJÉRCITO DE ENTREGA DE MENSAJE EN PERFECTA ARMONÍA DE ARRIBA ABAJO”


28 26


tantes debemos insistir es darle una importancia desmesurada a los indecisos y muy ligera a la base. El razonamiento tras esta acción es simple: la base ya está convencida, y los indecisos están disponibles. ¿Y por qué vamos a gastar recursos en un voto (el de la base) que ya tenemos seguro? La solución parece ser ir tras los indecisos para ganar. Y en ese paso podría- mos quedarnos con el fín de no complicarnos mucho la vida. Pero… ¿quién querría perder una fortuna tra- tando de atrapar el objetivo al que le cantaban en ese bolero titulado “Quizás, quizás, quizás”? Pues para el caso de los indecisos, es perseguir lo mismo… La clave está en la base. La definición de base en


un ficticio diccionario político leería así: “Base: 1. Esa fracción leal, que sabemos que votará por noso- tros. 2. La fiel compañera a la que infravaloramos en pos de los indecisos. 3. Población ignorada (aunque socorrida) en periodo de campaña electoral. 4. Dis- puestos a trabajar gratis por la causa.”. Fidelidad y gratis son dos términos muy respetados en Marke- ting. Y en el Marketing político, no debería ser para menos. Si el Marketing tuviera un eslogan, sería “La técnica más eficaz de venta es el boca a boca”. Tiene sentido: desde el punto de vista del consumi- dor, de quien es más fácil fiarse, ¿de un frío spot de televisión o de tu vecina de toda la vida que lo ha probado personalmente?. Es decir, tus clientes exis- tentes comunican a sus redes de conocidos (hoy en día con las redes sociales una recomendación de un producto puede llegar a sus cientos de contactos en un solo click – de hecho ya se le llama word of mouse) su experiencia positiva con tu producto y a través de su recomendación (se convierten en pres- criptores) atraen nuevos clientes. No hay mix de medios que pueda comparase a


la voz de un amigo. No hay mensaje personaliza- do que pueda compararse a un mensaje personal entre conocidos. Somos mucho más influenciables por la gente de nuestro entorno que por el más persuasivo de los anuncios. Si hablamos de políti- ca, ocurre exactamente igual. Seremos mucho más propensos a escuchar la opinión de un compañero de trabajo durante un descanso, o la de un amigo en un bar, que un spot donde probablemente cam- biemos de canal. Al fin y al cabo los spots vienen de los candidatos, y no sentimos que sean tan de fiar como la opinión de alguien que conocemos y presuponemos que se ha informado bien.


Verónica Carmen Bañón


Consultora política especialista en relaciones públicas. Es graduada de la Facultad de Posgrado de Gerencia Política de GWU


De cara a las campañas, a los indecisos, y a la


base, esto tiene una traducción clara: si formamos a la base para que terminen siendo una especie de publicidad humana, multiplicaremos nuestra efec- tividad. David Plouffe, uno de los artífices de la bri- llante campaña de Obama, así lo hizo, como explica en su libro The Audacity To Win: “…les pasamos a los voluntarios los mismos ta- lking points que le pasábamos a Obama o a Ro- bert Gibbs a diario. Debían estar tan al corriente de la campaña como el candidato. Queríamos construir un ejército de entrega de mensaje en perfecta armonía de arriba abajo” Al tener este ejército en impecable sincroniza-


ción, también estaban logrando hacer una campa- ña de abajo a arriba. Más que verticalidad en una dirección u otra, se dio un círculo perfecto de re- troalimentación. Lograr una campaña de abajo a arriba tiene in-


creíbles beneficios. Para empezar, el ahorro de re- cursos es espectacular. ¿Por qué? Porque usamos a los voluntarios, que salen de la base, es decir, tene- mos mano de obra gratis. Sumemos el hecho de que una persona es el método más eficaz de persuasión, versus los MC. Bien entrenados, nuestros volunta- rios podrían ser nuestra mejor campaña. Si en vez de ignorar a la base, les formamos, les invertimos algo de tiempo y dinero, les damos los materiales necesarios para persuadir y crecer en números (que ellos sean capaces de capacitar a sus propios grupos de voluntarios), y por supuesto les involucramos totalmente como menciona Plouffe en lo que pasa en los niveles más altos de campaña, tenemos un músculo que le ganaría el pulso a cualquier mix de medios. Lo único que piden los voluntarios a cam- bio es un poco de consideración, sentirse importan- tes, útiles, poder ver de cerca al candidato, incluso la posibilidad de hablar con él. No piden dinero. Apasionados prescriptores de nuestro producto, totalmente gratis. El sueño de cualquier publicista. No se trata de dejar de invertir en medios. Los


medios siguen siendo necesarios, pero hay que darle fuerza a un canal que está desaprovechado: las perso- nas, la base. Se trata de compensar un desequilibrio dónde los indecisos están sobrevalorados y la base infravalorada. A cambio obtendremos una situación mejorada: menos gasto, ciudadanos más involucra- dos, y mayor feed-back entre candidatos y población. A la vez, balancearíamos el desequilibrio de atención que reciben actualmente los indecisos, situación in- cómoda desde un punto de vista democrático. Es mu- cho más democrático poner la campaña en manos de la gente para que se la transmita a nueva gente y así sucesivamente. En muchos lugares donde reina la apatía política y la indecisión, sería un ejercicio de saneamiento aplicar estas ideas: depender más de lo interpersonal y menos de las ondas, y ganar cercanía con los desconectados ciudadanos.


Julio · Agosto 2012


[


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20  |  Page 21  |  Page 22  |  Page 23  |  Page 24  |  Page 25  |  Page 26  |  Page 27  |  Page 28  |  Page 29  |  Page 30  |  Page 31  |  Page 32  |  Page 33  |  Page 34  |  Page 35  |  Page 36  |  Page 37  |  Page 38  |  Page 39  |  Page 40  |  Page 41  |  Page 42  |  Page 43  |  Page 44  |  Page 45  |  Page 46  |  Page 47  |  Page 48  |  Page 49  |  Page 50  |  Page 51  |  Page 52  |  Page 53  |  Page 54  |  Page 55  |  Page 56  |  Page 57  |  Page 58  |  Page 59  |  Page 60  |  Page 61  |  Page 62  |  Page 63  |  Page 64  |  Page 65  |  Page 66  |  Page 67