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63 • Para los pacientes con colangiohepa-


titis supurativa crónica, si no hay mejoría con el tratamiento anterior se recomienda iniciar terapia con corticoides, igual que para la forma no supurativa. • Se recomienda la terapia inmunosu-


presora para reducir la infiltración linfocí- tico/plasmacítica en el sistema hepatobiliar. - Prednisona a 2,2 mg/kg PO q 24 h


durante 2-3 semanas y empezar a reducir. - Metronidazol a 7,5 mg/ kg q 12 h por


2-3 semanas juntamente a la prednisona. El metronidazol tiene propiedades antibacte- rianas anaeróbicas e inmunomoduladoras. Es preferible obtener una muestra de


bilis para cultivo antes de iniciar el trata- miento antibiótico, aunque a veces esto no es muy práctico y se puede iniciar un trata- miento empírico con antibióticos. Con las formas supurativas la terapia


inmunosupresora solo se debe iniciar si se ha descartado la etiología infecciosa.


Se deben evitar fármacos con metabolismo hepático


extensivo, excreción biliar o que sean hepatotóxicos.


Tratamiento alternativo • Clorambucilo a 0,25-0,5 mg/kg q 48


h junto con los corticoides, para reducir la infiltración. El clorambucilo puede provo- car inmunosupresión por lo que hay que hacer un hemograma cada 3-4 semanas para ver evidencia de leucopenia, anemia o trombocitopenia. • Azatioprina a 0,3 mg/kg q 24 h e ir


reduciendo, pero con mucho cuidado en los gatos por los potenciales efectos secun- darios como anorexia y toxicidad de la médula ósea.


Tratamiento de soporte • Fluidoterapia si hay anorexia o vómitos. • Soporte nutricional si el gato está ano-


réxico más de 72 horas. • Estimulantes del apetito: diazepam,


midazolam, ciproheptadina (retirarlos si no funcionan en 12-24 horas). • Si los estimulantes del apetito no fun-


cionan se debe iniciar nutrición enteral con sonda nasogástrica o de esofagosto- mía o gastrostomía. • Calcular las necesidades calóricas


para asegurarse de que el paciente recibe la nutrición adecuada.


Monitorización • Control laboratorial cada 1-2 días si


el paciente está hospitalizado y cada dos semanas si no lo está. • Es ideal poder hacer una biopsia de


seguimiento tras unas semanas o meses de iniciar el tratamiento.


Manejo en casa • Los propietarios deben calcular la


cantidad de comida que proporcionan para asegurar una nutrición adecuada. • Los propietarios deben entender


cómo, cuándo y durante cuánto tiempo deberán administrar medicaciones orales.


Objetivos • Recuperación de la actitud y el apetito


en 1-2 días tras iniciar el tratamiento en la forma supurativa aguda, pero puede tardar de días a semanas en las formas crónicas. • La mejoría laboratorial se produce días


después de iniciar el tratamiento de las for- mas supurativas agudas, pero puede tardar semanas o meses en las formas crónicas. • La actividad anormal de las enzimas


puede tardar meses en resolverse. • En general, los gatos que están


comiendo, bebiendo y toman medicacio- nes orales se pueden manejar en casa.


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Contraindicaciones de la terapia • Se deben evitar fármacos con metabo-


lismo hepático extensivo, excreción biliar o que sean hepatotóxicos. • El hígado es el primer lugar del meta-


bolismo del lactato. No se recomiendan fluidos intravenosos con lactato en pacien- tes con la función hepática comprometida. • La administración de glucocorticoides


sólo se debe considerar cuando se han descartado los signos de encefalopatía hepática, dado que estos pueden empeo- rar la hiperamonemia. o


Bibliografía disponible en www.argos.grupoasis.com/bibliografias/ triaditis162.doc


Conclusiones


• En gatos es más frecuente la pancreatitis crónica que la aguda, pero las formas crónicas pue- den ser recurrentes.


• La pancreatitis constituye una potencial causa del síndrome de respuesta inflamatoria sisté- mica (SIRS) y requiere, en algunos casos, tratamiento de cuidados y monitorización intensiva.


• Las pancreatitis en gatos pueden estar asociadas a enfermedad inflamatoria intestinal y a colangiohepatitis.


• La deficiencia de folato y cobalamina puede contribuir al cuadro digestivo en pacientes con IBD.


• Aunque el diagnóstico ecográfico de pancreatitis tiene una gran especificidad y la valoración de la fPLI una gran sensibilidad, el diagnóstico definitivo es por biopsia.


• Así mismo el diagnóstico definitivo de colangiohepatitis e IBD es por biopsia. • En casos de colangiohepatitis también se recomienda realizar cultivo y antibiograma de la bilis. • El pronóstico se complica con las enfermedades concurrentes.


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