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estudio radiológico del tórax, que evi- denció un aumento de la densidad en la porción distal del esófago junto al dia- fragma (figura 2). En ambos casos se recurrió a la endos-
copia digestiva como siguiente prueba complementaria (ver cuadro).
Diagnóstico diferencial de masas esofágicas
Los tumores esofágicos suponen menos
del 0,5 % de las neoplasias en perros y gatos. El tumor maligno más frecuente es el sarcoma (secundario a la infección por Spirocerca lupi), seguido del osteosar- coma, fibrosarcoma, carcinoma de células escamosas y adenocarcinoma. Se trata de neoplasias localmente invasivas que metas- tatizan a los ganglios linfáticos regionales. Los tumores benignos que aparecen en
el esófago son leiomiomas y plasmocito- mas (normalmente en la porción caudal del mismo y en el esfínter esofágico). Los leiomiomas y los leiomiosarco-
mas parecen tener predisposición por el esfínter esofágico inferior canino, y pueden localizarse en el lado esofágico o en el lado gástrico, en el que son más frecuentes. En las personas, los leiomio- mas aparecen con mayor frecuencia en el lado esofágico.
Protocolo diagnóstico del leiomioma
El procedimiento diagnóstico incluye
la radiografía simple y con contraste (incluso fluoroscopia), ecografía abdo- minal, endoscopia superior y tomografía computarizada (TC) en algunas ocasio- nes. La ecografía abdominal puede mos- trar infiltración de la capa submucosa en el esfínter esofágico inferior. La endos- copia es la técnica más sensible para la detección de masas en esta localiza- ción, pero debido a su origen en capas extraluminales es casi imposible obtener muestras diagnósticas que lleguen en profundidad a la capa submucosa, que puedan dar un diagnóstico histológico. Normalmente se establece un diagnós- tico presuntivo según la localización y la apariencia de la masa.
En nuestros casos, solo la
pérdida de peso y regurgitación del segundo paciente podrían
ser atribuidos a la presencia del leiomioma esofágico.
Aunque el diagnóstico definitivo supone
la toma de una biopsia, esta muchas veces resulta no diagnóstica si se realiza por vía endoscópica y requiere la biopsia quirúr- gica, opción que en numerosas ocasiones no es viable.
Discusión Los leiomiomas se han descrito en
perros de raza Beagle de edad avanzada, aunque se pueden encontrar en perros de otras razas, como ha sido nuestro caso. Son tumores benignos, con origen en la
musculatura lisa, que provienen del tracto gastrointestinal. Son masas bien diferen- ciadas, de aspecto redondeado u ovoide, que no suelen presentar ulceración de su cobertura mucosa. A nivel esofágico, los leiomiomas son masas únicas, aunque están descritos de aparición múltiple en perros, de crecimiento lento. Los signos clínicos (el más frecuente
es la regurgitación), normalmente no aparecen hasta que el tumor es relativa-
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mente grande, lo que le lleva a producir obstrucción o alteración de la motilidad. Otros signos clínicos descritos son pér- dida de peso, dolor y neumonía por aspi- ración. En nuestros casos, solo la pérdida de peso y regurgitación del segundo paciente podrían atribuirse a la presen- cia del leiomioma esofágico, aunque las otras patologías concomitantes también podrían justificar su origen. El diagnóstico definitivo se realiza fre-
cuentemente tras la cirugía, aunque esta puede presentar dificultades posquirúr- gicas como la aparición de cicatrices o reflujo gastroesofágico, secundario a dis- función del esfínter. La cirugía normal- mente es curativa.
Tratamiento médico y evolución de los pacientes
En el primer caso se fue controlando la
evolución de la masa mediante estudios radiográficos, vigilando su crecimiento. A los dos años, la paciente comenzó con episodios de regurgitación, disfagia grave y halitosis, secundarios al tamaño que la masa llegó a alcanzar. En el segundo caso, las biopsias del duo-
deno dieron un diagnóstico de IBD linfo- plasmocitaria. En este caso, se probó con un tratamiento médico para la sintomato- logía, y específico de la IBD, y se instauró un tratamiento quimioterápico con doxo- rrubicina y quimioterapia metronómica. Al
Conclusiones En el primero de los casos, la aparición de
la masa fue completamente inesperada y en el segundo se caracterizó tras una primera detección quirúrgica. En ambos casos no era un diagnóstico esperado teniendo en cuenta la sintomatología de ambos pacientes. En el segundo caso se podría llegar
a valorar si la presencia de la masa en el esfínter gastroesofágico podría tener relación con el episodio de dilatación- torsión gástrica. o
cabo de dos meses el paciente desarrolló una neumonía por aspiración grave y se decidió la eutanasia activa del animal.
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