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54 EN PORTADA / DIAGNÓSTICO POR IMAGEN


A


B


C


Figura 7. Imágenes de TC en los planos axial (A), sagital (B) y dorsal (C) del codo de un perro con FPCM del cúbito. En las imágenes A y B las flechas blancas señalan el fragmento libre del proceso coronoides medial. En la imagen C se observa esclerosis y un pequeño defecto subcondral en el cóndilo humeral en la región opuesta al proceso coronoides (flecha negra).


A


Figura 5. Reconstrucción 3D del codo de un perro con FPCM del cúbito. La flecha blanca señala la localización exacta del fragmento desprendido.


B C


Figura 8. Imágenes axiales de TC de tres grados diferentes de enfermedad del proceso coronoides medial. A: osteomalacia. B: fisura. C: fragmento separado.


de grosor. Ambas articulaciones se pue- den incluir en el mismo plano tomográ- fico axial, en decúbito esternal, con las extremidades anteriores extendidas cra- nealmente y retirando la cabeza hacia un lado para evitar artefactos en la ima- gen (photon starvation) (figura 6). Para obtener una mayor calidad de imagen es posible adquirir posteriormente un DFOV (display field of view) ajustado a cada uno de los codos con cortes de menos de 1 mm de grosor.


Figura 6. Posicionamiento del paciente para un estudio de TC de codos.


el escalón entre el radio y el cúbito es mayor o igual a 2 mm.


Tomografía computarizada (TC) La TC es, sin duda, la técnica de ima-


gen ideal para valorar la articulación del codo, al eliminar los problemas de super- posición y por el gran detalle óseo que ofrece. La posibilidad de obtener recons- trucciones en cualquier plano del espa- cio (reconstrucción multiplanar o MPR), así como imágenes volumétricas o en 3D (figura 5), y su excelente resolución ana- tómica, unido a tiempos de estudio muy breves, hacen de la TC una herramienta de gran utilidad, no sólo en el diagnóstico de la displasia de codo, sino también en la planificación quirúrgica. Los codos del perro se visualizan ade- cuadamente con cortes finos de 1 mm


La TC permite hacer un diagnóstico precoz en casos de enfermedad


del proceso coronoides medial; se pueden detectar fisuras, fragmentos separados, irregularidades o defectos subcondrales...


La TC proporciona imágenes de alta


resolución del hueso subcondral articular y, por consiguiente, permite evidenciar muchos cambios asociados a la displasia de codo, como esclerosis, necrosis, quis- tes, fisuras y fragmentaciones. Aunque la NUPA es fácil de diagnosti-


car radiográficamente, en muchos casos en los que ya hay signos de osteoartro- sis resulta difícil identificar con claridad si existe enfermedad del proceso coro- noides medial asociada, de modo que se sugiere el empleo de TC. Mediante TC la NUPA se observa mejor en reconstrucción sagital, como una línea hipoatenuante


valiosos para la cirugía (figura 9). La TC tiene una sensibilidad del 88,3 % y una especificidad del 86,7 % en el diagnós- tico de patologías del proceso coronoi- des medial del cúbito (Carpenter et al., 1993). Dada la importancia de un diag- nóstico precoz de esta enfermedad para el pronóstico, en aquellos casos en los que el estudio radiológico no es conclu- yente, sería recomendable realizar una TC para confirmar la patología.


irregular a través del proceso ancóneo que crea un fragmento triangular sepa- rado del cúbito (figura 2B). La TC permite hacer un diagnóstico


precoz en casos de enfermedad del proceso coronoides medial (figura 7). Las alteraciones que se pueden detec- tar incluyen visualización de una silueta anómala, fisuras, fragmentos in situ, fragmentos separados, así como irregu- laridades o defectos en el hueso sub- condral (figura 8), detalles que son muy


La OCD se observa como un defecto


hipoatenuante en el hueso subcondral en el aspecto medial del cóndilo hume- ral, con o sin borde esclerótico subcon- dral (figura 10). También se pueden visualizar fragmentos osteocondrales o “ratones articulares” dentro de la articu- lación (figura 11). La TC es la técnica de diagnóstico más


utilizada para evaluar la incongruen- cia articular del codo mediante recons- trucciones multiplanares o volumétricas (3D), y libre de superposición. Además de un escalón entre el radio y el cúbito, la TC permite observar claramente otros cambios, como un ensanchamiento del espacio articular húmero-cubital y húmero-radial, un desplazamiento en dirección craneal de la epífisis del húmero en relación al radio y discrepancias en el radio de curvatura y forma del cóndilo humeral y de la escotadura troclear del cúbito, así como lesiones quísticas en los epicóndilos humerales (figura 4B). Asimismo, mediante TC es posible rea-


lizar seguimiento posquirúrgico de la evo- lución de la articulación, así como de los signos degenerativos secundarios, posi- ción de implantes y deformidades angula- res de las extremidades.


Figura 9. Imagen intraoperatoria del codo de un perro con fragmentación del proceso coronoides medial.


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