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a glucocorticoides. Esta lesión puede estar ocasionada por dermatitis por herpesvirus, tal y como finalmente se demostró en esta paciente tras realizarle una biopsia. En este punto, Bardagí remarcó que la extracción de la muestra se debe hacer en piel no ulcerada del margen de la herida. Para su tratamiento optó por utilizar interferón gamma recombinante. Para continuar, la ponente recordó que


el timoma y el déficit en ácidos grasos pueden ocasionar dermatosis descamativa con costras y pérdida de pelo, una lesión que también puede aparecer debido a tres infecciones víricas —FHV-1, FeLV, FIV—, que suelen ir acompañadas de más sín- tomas dermatológicos. Otras causas de descamación pueden ser hipertiroidismo, leishmaniosis, enfermedad hepática, intes- tinal o pancreática.


Diagnóstico diferencial de la alopecia multifocal


La dermatóloga Ana Ríos (Hospital Clí-


nico Veterinario de la Universidad Alfonso X El Sabio) comenzó su ponencia sobre el abordaje clínico de la alopecia multifocal tratando las particularidades estructurales del pelo del perro y el gato, y explicando las fases que conforman su ciclo de cre- cimiento. Con respecto a la clasificación de la patología que centraba su exposi- ción, la ponente recordó que la alopecia multifocal canina es de tipo inflamatorio, y puede ser cicatricial o no. A continuación, la doctora Ríos presentó


cuatro casos clínicos de perros de diferentes razas y con síntomas que incluían prurito, pérdida de pelo, costras o la aparición de lesiones de tipo numular, entre otros. No obstante, a pesar de las diferencias en la sintomatología de los cuatro pacientes, la especialista recalcó una serie de similitudes: su estado general (bueno o con ligero decai- miento), la existencia de lesiones además de la pérdida de pelo, el mismo tipo de capa de pelo (corto) y su edad (animales jóvenes). Durante el diagnóstico, se hallaron en


algunos casos Demodex, edema y artros- poras en la diáfisis del pelo, crecimiento de Microsporum canis, alteraciones san- guíneas (anemia, trombocitopenia, hiper- gammaglobulinemia...). Los diagnósticos definitivos para estos cuatro pacientes fueron: demodicosis juvenil generalizada, dermatofitosis, foliculitis bacteriana y leish- maniosis, patologías que, en conjunto, suelen ser la causa del 90 % de las alope- cias inflamatorias en el perro.


“En el ictus de tipo isquémico


actualmente se utiliza resonancia magnética, ya que esta técnica es más sensible que el TAC, y tiene una gran capacidad de resolución” (Rick LeCouteur).


Con respecto a la foliculitis, la especialista


remarcó que cada uno de los tipos existen- tes son característicos de unas u otras enfer- medades sistémicas, como en el caso de la foliculitis infiltrativa, que aparece sobre todo en el linfoma. Para concluir su exposi- ción, la doctora Ríos indicó que la infección del folículo, los parásitos, las enfermeda- des inmunomediadas, la leishmaniosis, las neoplasias y el trauma son las causas más habituales de alopecia en la especie canina.


¿Sufren ictus los perros? Rick LeCouteur, profesor de Neurología


y Neurocirugía en la Facultad de Veterina- ria de la Universidad de California (Davis) recordó que un accidente cerebrovascu-


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lar es cualquier anormalidad del cerebro que da lugar a un proceso patológico que compromete el suministro de sangre y cuyos signos clínicos se han de mante- ner durante más de 24 h. Si los signos se resuelven antes de ese tiempo, el término correcto es “ataque isquémico transitorio”. Las lesiones que afectan a los vasos


sanguíneos cerebrales se dividen en dos grandes categorías: isquémicas, cuando se produce la oclusión de un vaso sanguí- neo cerebral por un trombo o embolia, y hemorrágicas, cuando se rompe la pared de un vaso sanguíneo dentro del parén- quima cerebral o en el espacio subarac- noideo, lo que causa sangrado dentro o alrededor del cerebro.


Para determinar la presencia de ictus


se deben tener en cuenta las posibles causas subyacentes, como: encefalopatías traumáticas, metabólicas, neoplásicas, etc. También es fundamental hacer un examen del fondo ocular, ya que pueden aparecer vasos tortuosos (sugestivos de hipertensión arterial sistémica), hemorragia (presente en caso de coagulopatía o hipertensión sis- témica) o edema de la papila (que podría indicar hipertensión intracraneal). El diagnóstico por imagen es la base del


diagnóstico tanto del ictus hemorrágico como del isquémico: confirma la presen- cia de ictus y además indica si es de un tipo o de otro o bien mixto. En el de tipo isquémico actualmente se utiliza resonancia


magnética, ya que esta técnica es más sensi- ble que el TAC, y tiene una gran capacidad de resolución. Además, con la resonancia magnética se puede ver la “edad” de la lesión: los cambios que se producen en el coágulo a medida que envejece, algo muy importante en pacientes con los primeros signos de ictus en los que la hemorragia ya había empezado tres semanas antes.


Cuidados intensivos en reptiles Jordi Jiménez, de la Clínica Veterinaria Els


Altres de Barcelona, inició la charla asegu- rando que si bien los reptiles que requie- ren cuidados intensivos acuden a la clínica con carácter de urgencia, en realidad sus


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