48 EN PORTADA / DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
evolución lenta, la primera hipótesis debe ser un tumor de las cavidades nasales. Puede haber otros signos como deforma- ción facial, estornudos, disnea inspiratoria, obstrucción de una de las dos columnas de aire, epífora, exoftalmia, etc. En el diagnóstico diferencial se incluyen
las rinitis fúngicas (Aspergillus), rinitis bac- terianas, rinitis linfoplasmocitarias, cuerpos extraños, traumatismos y trastornos de la coagulación. Cuando hay epistaxis, se deben realizar pruebas de coagulación y viscosidad sanguínea. Es preciso también buscar una leishmaniosis. La edad del perro de este caso (5 años)
no corresponde con los datos epidemio- lógicos, aunque los signos clínicos eran compatibles con la presencia de un tumor de cavidad nasal. La hidropulsión nasal es una técnica
que puede resultar también muy efectiva, ya que permite obtener grandes muestras de tejido para biopsia, y es una técnica no invasiva. Desde el primer momento se optó por
una rinoscopia y biopsia de los tejidos macroscópicamente anómalos, después de haber realizado el TAC. Gracias a la visualización directa y de la realización de biopsia, se pudo establecer un diagnóstico acertado de condrosarcoma de la cavidad nasal derecha y, asimismo, descartar las otras hipótesis del diagnóstico diferencial (cuerpo extraño, rinitis fúngica, etc.).
Figura 9 y 10. Imágenes del TAC de control a los 12 meses posoperatorios. Se observa la ausencia hueso nasal derecho (retirado durante la rinotomía dorsal) y ausencia de recidiva local del tumor (parte craneal de la figura 9, parte caudal de la figura 10). La cavidad nasal izquierda y el septo nasal no muestran anomalías visibles.
das dorsal o ventralmente. En este caso, se prefirió un abordaje dorsal debido a la localización caudo-dorsal del tumor, de la exploración y del drenaje sinusal necesario. El abordaje dorsal ofrece una mayor
comodidad para el cirujano durante la intervención. La fenestración del hueso nasal no se sustituyó: en una rinotomía
Los tumores de las cavidades nasales tienen un pronóstico
reservado a grave. La media de supervivencia de los animales afectados es de 3 a 6 meses sin tratamiento.
Opciones terapéuticas
Cirugía Cuando se puede llevar a cabo, la ciru-
gía se considera una parte fundamental en el tratamiento multimodal de los tumores nasales, especialmente de los condrosar- comas, seguida de una terapia adyuvante. Desafortunadamente los tumores nasales se suelen presentar en un estadio avanzado en la mayoría de los casos, con afección ósea considerable por lo que raramente se puede utilizar esta técnica como monotera- pia e intento de curación, al no aumentar la supervivencia y presentar una morbilidad considerable. Su fiabilidad depende del grado de invasión (apreciado mediante TAC o resonancia magnética), y de la naturaleza del tumor (determinada mediante biopsia). Las cavidades nasales pueden ser aborda-
unilateral los resultados estéticos y funcio- nales son muy satisfactorios, a pesar de no reemplazar el hueso nasal retirado. Una oclusión temporal de las arterias
carótidas puede llevarse a cabo con el fin de limitar el sangrado, frecuentemente abundante en este tipo de intervención quirúrgica. Esta técnica no se ha realizado en el caso presentado. En este caso se uti- lizó el láser de diodo para limitar el san- grado operatorio. La colocación de una sonda de Foley
(14 ch) en la cavidad nasal operada per- mite limitar el paso de sangrado posopera- torio por la nasofaringe y la formación de enfisema subcutáneo. Se retira de 24 a 48 horas después de la intervención. Es muy aconsejable colocar un collar
isabelino hasta el momento de retirar la sonda o hasta la retirada de los puntos.
Radioterapia Son múltiples los estudios que combinan
el tratamiento quirúrgico con radioterapia adyuvante posoperatoria o preoperato- ria. Este tratamiento multimodal es el que mejores resultados ha proporcionado his- tóricamente, superando a la radioterapia como monoterapia. El objetivo de esta asociación terapéu-
tica es controlar localmente el tumor, ya que las metástasis a distancia son relativa- mente tardías, sobre todo para este tipo de tumor (condrosarcoma). Dependiendo de los objetivos que persi-
gamos, la radioterapia en la cavidad nasal se divide en paliativa o con intento cura- tivo, difiriendo en el número y dosis de fracciones, coste del protocolo, tipo de efectos secundarios y supervivencia, así como efectividad a la hora de controlar la enfermedad local y la sintomatología. Hay dos tipos de efectos secundarios
asociados con la radioterapia, agudos/ tempranos (inflamación local, piel erite- matosa, y edematosa, con descamación húmeda y blefaritis) y crónicos/tardíos (daño óseo, alopecia permanente, cambio en el color del pelo de la zona e hiper- pigmentación de la piel en las zonas irra- diadas).
Radioterapia con intento curativo A pesar de haberse utilizado unida-
des de ortovoltaje en el pasado, el trata- miento de elección consiste en unidades
de megavoltaje (cobalto o acelerador lineal) usando protocolos hiperfracciona- dos con dosis totales que van desde los 42 a los 54Gy, usualmente administradas en 10-18 sesiones de 3 a 4,2Gy por sesión. En aquellos casos que se pueda disponer de unidades de radioterapia que puedan administrar tratamientos como la radio- terapia de intensidad modulada (IMRT), que evitan el tejido sano circundante, se prefiere, consiguiendo mejores resultados. Estas unidades son escasas en Europa. Las supervivencias con los protocolos descri- tos oscilan entre los 8 y 20 meses.
La radioterapia paliativa Ha sido investigada por diversos gru-
pos en los últimos años donde se admi- nistran protocolos hipofraccionados, de mayor dosis por fracción con el objetivo de controlar los síntomas clínicos causa- dos por el tumor. Habitualmente consis- ten en 4 dosis de 6-9Gy administradas semanalmente. La tasa de resolución de signos clínicos es alta (66-100 %), pero la duración de esta mejoría suele ser corta, oscilando entre 4-8 meses. La elección de los megavoltajes en este
caso se hizo por razones logísticas y de eficacia. El perro fue remitido al centro de radioterapia de Maisons-Alfort en Francia donde se usa el megavoltaje. El periodo de tiempo planificado entre
la intervención quirúrgica y el principio de radioterapia fue de tres semanas, con el fin
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