ÁFRICA SCIENTIA no. 1 / JULIO-AGOSTO 2012
supuso un momento cumbre en la historia de las re- laciones laborales en Senegal, puesto que se crearon las condiciones para el establecimiento de un sistema de negociación colectiva de los trabajadores frente a la patronal. Anteriormente el margen de maniobra por parte de los trabajadores en una negociación era nulo, y sólo el personal empleado en sectores estra- tégicos como los transportes, era capaz de plantear un contrapeso al poder empresarial. La nueva legis- lación impulsada por el Ministro de Colonias, Marius Moutet, ponía en las manos de los trabajadores una nueva herramienta de gran importancia para un ma- yor equilibrio en las relaciones laborales. La reacción fue inmediata por parte de los trabajadores, agrupa- dos en asociaciones organizadas pero no legalizadas. Desde el mes de mayo de 1937, se contabilizan más de 119 nuevas asociaciones de trabajadores, de los cuales 42 correspondían a sindicatos de todos los sectores, entre los que se incluía el sindicato de trabajadores del puerto de Dakar, cuya fecha de fundación coinci- dió con la huelga de diciembre de 1936. La mayoría de estos sindicatos en el puerto se definían por su ca- rácter reivindicativo y agitador, vinculados al Partido Comunista Francés y sobre todo a la Confederación General del Trabajo. De manera generalizada, fueron sumándose al grueso de sindicatos profesionales los empleados de las empresas comerciales, bancos y se- guros (EMCIBA) el 24 de agosto de 1937, los obreros del sector metalúrgico el 28 de agosto, los trabajado- res de la construcción el 29 de septiembre y los fun- cionarios del AOF el 24 de octubre. Los requisitos para estar sindicado en Dakar eran saber leer y escribir en francés, mientras que fuera del territorio de las cua- tro comunas (Dakar, Saint-Louis, Gorée y Rufisque) era necesario disponer de un certificado de estudios básicos.
REFORMA Y CONTRARREFORMA
CONSERVADORA (1939) Los meses que siguieron a la legalización de los sin-
dicatos y el establecimiento de los convenios colectivos -también legalizados en 1937- en el AOF fueron convul- sos, caracterizados por una fuerte crispación social, en consonancia con la situación económica que atravesa- ban los trabajadores africanos. No cabe duda de que la reforma laboral impulsa-
da por el Ministro Moutet y el gobierno federal so- cialista trataron de acortar la brecha existente entre los trabajadores europeos y africanos, planteando una legislación más justa que produjera un mayor equilibrio en las relaciones laborales. A comienzos de 1939, diferentes problemas internos y externos habían erosionado hasta su disolución al gobierno de izquierdas. El ascenso de la ultraderecha en Europa -y también en Francia- elevó a los conservadores al poder, siendo nombrado gobernador del AOF León Cayla, que inauguró un mandato caracterizado por la contrarreforma laboral que reanimó los conflic- tos en el puerto. Buenos ejemplos de ellos fueron los conflictos con los trabajadores de la Entreprise du Travaux du Port de Dakar por el despido de un me- cánico o la huelga de los estibadores de carga negra de la empresa Dakar-Soutes en julio de 1939, donde se volvió a reclamar una mejora en sus condiciones laborales. De nuevo, el origen de las protestas volvía
27 LA PETITE JETÉE
2. Trabajadores del puerto.
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a estar en la irregularidad en las jornadas de trabajo, que incidía directamente en el bienestar material de las clases populares, con unos salarios que apenas les permitían subsistir: mal alimentados y habitando en infraviviendas. Los mismos estibadores volvieron a las protestas en diciembre de 1939 con las mismas reivindicaciones, lo cual expresa una situación de inmovilismo. El endurecimiento de la legislación laboral tras el
inicio de la Segunda Guerra Mundial y la nominación del profascista Pierre Boisson supuso que los porta- voces de los trabajadores de la empresa de servicios portuarios Dakar-Soutes, fuesen despedidos, ame- nazándose además al resto de empleados de correr la misma suerte que ellos. Tras la invasión alemana de Francia en la primavera de 1940 y la firma del ar- misticio en mayo del mismo año, la legislación refor- mista quedó en suspenso, prohibiéndose el derecho sindical y endureciéndose las condiciones laborales. El gobierno colonial impulsó la persecución, desapa- rición, encarcelamiento y asesinato de distinguidos líderes sindicales, con las que se pretendía descabe- zar el movimiento de los trabajadores. Otros líderes sindicales -sobre todo europeos- se marcharon de África para unirse a la Francia Libre liderada por De Gaulle, actuando también en la Resistencia des- de 1943. En cualquier caso, esta situación inauguró una nueva etapa de resistencia ‘oculta’ por parte de los trabajadores en Dakar que se enfrentaron a una situación socio-económica extrema bajo la influen- cia del gobierno de Vichy (que no cambió hasta la liberación del AOF por parte aliada en los últimos meses de 1942 y los primeros de 1943). La importancia de la huelga de 1936, y la movi-
lización sostenida a lo largo del tiempo, se explica por su carácter reivindicativo y organizado por parte de los trabajadores, en un entorno jurídico y legislativo adverso. Esta organización colectiva les permitió adquirir una fuerza de presión que les capacitó para ejercer un contrapeso real y efectivo a la patronal colonial
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