ARTÍCULO
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España no cuenta con regula- ción de la actividad de los gru- pos de interés. Iniciativas como Foro por la Transparencia so- licitan el registro voluntario y la aprobación de un código de conducta.
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asunto de reflexión en este artículo es la moder- nización y la transparen- cia en el funcionamiento de los procesos de toma
de decisiones públicas y también la armo- nización con la normativa del Parlamento y la Comisión Europea. Sí, no es un tema precisamente novedoso pero, es una con- versación actual y viva en España. Se trata de un debate transfronterizo que surgió en Estados Unidos cuando Truman vio la luz y comprendió la necesidad de registrar a los lobistas. Bajo su mandato, el Congreso norteamericano inventó un registro que permitiese identificar quién representaba qué y cuánto cobraba por ello. Años des- pués la iniciativa se constituyó en Europa. El Tratado de Lisboa, firmado en 2007, en- contró un justo equilibrio entre represen- tación y participación y expone en su artí- culo 11 que las instituciones comunitarias “establecerán los cauces necesarios” para “mantener un diálogo abierto, transparen- te y regular con las asociaciones represen- tativas y la sociedad civil”. A día de hoy, el debate comunitario
continúa vivo en las propias instituciones. El pasado 3 de junio, Maroš Šefčovič, Vi- cepresidente de la Comisión Europea que detenta el área de Relaciones Interinsti- tucionales y Administración, defendía la legitimidad de la actividad de lobby en una intervención en la Comisión y a su vez desmitificaba parte de los estereotipos que ensombrecen la profesión –ejercicio que agradecemos y tenemos la responsabili- dad de secundar desde nuestras distintas posiciones-. Šefčovič insistió en el deber de los políticos de escuchar y, por supuesto de decidir, con el conocimiento e implicación de las partes afectadas en el proceso. Así pues, incidió también en el derecho de los
Julio - Agosto 2013
Y ENTONCES…
¿SE HIZO LA LUZ? EL LOBBY Y LA TRANSPARENCIA EN ESPAÑA
Por Joan Navarro
ciudadanos a participar en dicho proceso y defender sus intereses. Esta reflexión subyace de las institu-
ciones pero, surge –como todo- de una preocupación social expresada en distin- tas palabras e idiomas. Una conversación que discurre en cada país, pero también en cada casa. Porque hoy por hoy, la actividad de representación de intereses o lobby es una práctica común y extendida, cotidiana en cualquier democracia, y su regulación no es sólo una inquietud política (como fue en su momento la de Truman) o secto- rial (como es mi caso, como Consultor de Asuntos Públicos), es parte de una conver- sación social entre los ciudadanos españo- les. Situémonos pues en España.
EL FOCO ESTÁ EN LA TRANSPARENCIA POLÍTICA ¿Qué más queda por decir sobre España en estos momentos? Los medios de co- municación internacionales y las redes sociales se hacen eco diario de la situación (económica) de España. Podríamos omitir la acepción ‘económica’ y el resultado se- mántico sería el mismo. Todo se reduce a la crisis (económica): el paro juvenil, el paro generalizado, la prima de riesgo, la deuda de los bancos, los desahucios y la dación de pago, y un largo etcétera en el que no vamos a profundizar. ¿Y si hablamos de los casos Gürtel,
Madrid Arena, Noós, Bárcenas y algunos sonados ‘revolving doors’? Todos ellos
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