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Otro elemento que es objeto de crítica sobre el sistema de votos electorales es el rol de estados decisivos que adquie- ren aquellos donde ambos partidos suelen ser compe- titivos, donde cualquiera puede resultar ganador, los denominados swing states,


como Florida u Ohio, lugares donde suele concentrarse la actividad de los candidatos en campaña.


¿CÓMO SE ELIGE AL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS?


-UN ELEMEN- TO CLAVE EN LA PLANIFI- CACIÓN DE


CAMPAÑAS- ES QUE EL GANAR LA ELECCIÓN NO CONSISTE


EN ACUMULAR LA MAYOR CANTIDAD


DE PREFEREN- CIAS A NIVEL NACIONAL,


SINO EN CON- QUISTAR UNA


Sin lugar a dudas, el centro de los cuestiona-


mientos y -un elemento clave en la planificación de campañas- es que el ganar la elección no consiste en acumular la mayor cantidad de preferencias a nivel nacional, sino en conquistar una combinación de Es- tados que permita alcanzar los 270 votos electorales. Esto, que nos suena a una aberración a quienes esta- mos acostumbrados a elecciones directas, es un rasgo natural a los sistemas electorales indirectos, o más, a los sistemas de conteo indirecto, en general. Haciendo un paralelo deportivo, mientras el fútbol es un depor- te de conteo directo -gana quien marca más goles-, el tenis es de conteo indirecto, pues no importa el con- teo de puntos o más juegos, sino quien conquista los sets necesarios para llevarse el partido. Así, tal como en el tenis puede ser ganador quien tiene menos jue- gos (imagine un partido a tres sets 0-6/6-4/6-4), en las elecciones estadounidenses hay tres casos en que el ganador de la elección obtuvo menos votos que el de- rrotado, en 1876, 1888, y el 2000, con el largo desenlace de la elección entre George Walker Bush y Al Gore. Si bien en aquella elección el centro de las


polémicas estuvo en los reconteos de votos en el Estado de Florida, uno de los elementos que hizo más pesado el manto de dudas que cubrió el triun- fo republicano, fueron los 543.000 votos de ven- taja a nivel nacional con que Gore, el derrotado, superó a Bush, el triunfador. Otro elemento que es objeto de crítica sobre el


sistema de votos electorales es el rol de estados de- cisivos que adquieren aquellos donde ambos parti- dos suelen ser competitivos, donde cualquiera pue- de resultar ganador, los denominados swing states, como Florida u Ohio, lugares donde suele concen- trarse la actividad de los candidatos en campaña. Por contraparte, los estados que se asumen seguros para un partido quedan en un segundo plano -sal- vo para recaudar fondos y mostrar fuerza en actos de campaña-, más allá de su nivel de población, como ocurre con California o Texas, que se asumen seguros para demócratas o republicanos, respecti- vamente. Este fenómeno es de especial atención, pues como reseña Bill Bishop en The Big Sort, la


amplia movilidad interna de los estadounidenses (se mueven de ciudad en ciudad con mucha mayor frecuencia que la habitual en Latinoamérica) y el interés por vivir en barrios con “gente como uno”, ha generado barrios y ciudades cada vez más ho- mogéneas en lo político, que reducen tanto el deba- te político como la posibilidad de tener campañas electorales competitivas a nivel local. Ambos factores, la relativa irrelevancia del voto


a nivel nacional y la centralidad de los swing states, ha impactado decisivamente las estrategias elec- torales de las candidaturas presidenciales, tanto en lo que respecta a la distribución de tiempos y recursos, como a nivel del diseño estratégico. Es- pecialmente en el lado de los demócratas ha sido debatida la idea de una “estrategia de 50 Estados”, donde no se da ningún Estado anticipadamente por perdido y se hace campaña en todo el país, aun en territorios tradicionalmente republicanos. Esa estrategia, levantada con claridad por la campaña de Howard Dean en su precandidatura de 2004, y aplicada en cierta medida por Obama 2008, ha sido fuertemente criticada por estrategas demócratas de reconocido prestigio como Paul Begala, quien ha señalado que se trata más que nada de gestos simbólicos cuyo resultado reduce, finalmente, la asignación óptima de recursos en aquellos Estados donde efectivamente se define la elección. Otro elemento que es objeto de crítica sobre el


sistema de votos electorales es el rol de estados de- cisivos que adquieren aquellos donde ambos parti- dos suelen ser competitivos, donde cualquiera pue- de resultar ganador, los denominados swing states, como Florida u Ohio, lugares donde suele concen- trarse la actividad de los candidatos en campaña.


Sebastián Kraljevich Master en Political Management de GWU y Director de Cuentas en Conecta, consultora chilena especializada en audiencias y medios de comunicación


COMBINACIÓN DE ESTADOS


QUE PERMITA ALCANZAR


LOS 270 VOTOS ELECTORALES


23 17


Septiembre · Octubre 2012 Septiembre · Octubre 2012


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