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EL POLÍTICO DEL SIGLO XXI “ESTAMOS EN
LA ERA DONDE SE ESPERA QUE EL PRESIDENTE NOS DE LOS
BUENOS DÍAS DESDE SU
TWITTER MIEN- TRAS SORBE-
MOS NUESTRO CAFÉ”
¿Qué están haciendo mejor las empresas que
los partidos? Sencillo. En un primer momento las empresas se centraron en el producto. Pero cuan- do se dieron cuenta de que era más importante centrarse en el consumidor que en el producto, fue cuando las ventas se multiplicaron. Llegó la macro- segmentación, que a su vez se convirtió en micro- segmentación. La micro-segmentación es senci- llamente concretar más el target, personalizar al máximo la comunicación. Mientras, la política pa- reciera involucionar. Los mismos individuos por y para los que fue creada la democracia, se quejan de que no se les escucha desde arriba. Hay una gran desconexión entre los políticos y los ciudadanos: la comunicación no fluye, hay desconfianza, apatía, sentido del ciudadano que sólo se le utiliza cuando se necesita de su voto.
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EL NUEVO POLÍTICO Lo que está claro y viene evidenciado por los movi- mientos que ha habido en los últimos tiempos es que hay hambre política en el pueblo. Sin embargo, hay apatía en las urnas. Es decir, el ciudadano de a pie no siente que tenga cabida en el panorama político actual. Su pasotismo es un reflejo de la sen- sación de que no tiene impacto en su entorno a pe- sar de que tiene las supuestas herramientas para ello, como el voto. Por tanto, está buscando otras vías: el consumo responsable, la colaboración con causas varias y ONGS, e incluso, la organización de levantamientos de pueblos enteros. En poco tiem- po el mundo ha cambiado, y los políticos ya no son seres que saludan a las masas desde el palco en raras ocasiones. Estamos en la era donde se espe- ra que el presidente nos de los buenos días desde su Twitter mientras sorbemos nuestro café. Y que nos mantenga informados de sus actos del día, opi- niones variadas, y no falte alguna foto graciosa de su vida social, con sus hijos o su mascota favorita. Habitamos un nuevo mundo donde ante cualquier pregunta, un genio maravilloso llamado Google nos ofrece infinitas respuestas, y podemos infor- marnos de cualquier cuestión con un solo click. El mayor error de un político seria tenerle mie-
do a este nuevo tipo de ciudadano. Es cierto que es mucho más exigente, más informado, más atento a los fallos. Pero también es cierto que eleva el ni-
vel de cultura de la población, y fuerza al sistema a funcionar mejor, lo cual termina beneficiando a la sociedad en general. Por tanto, no son algo que temer si no algo que agradecer, pues nos exige ser mejores. La transparencia es fundamental, y si hay fallos, no hay más camino que la admisión y la rectificación. Lo peor que puede pasar es que se juzgue a los políticos como seres humanos que son, con fallos, defectos, lapsus mentis, y meteduras de pata. Y cuando digo lo peor, me refiero en realidad a lo mejor, porque es una visión mucho más rea- lista que la endiosada figura del candidato. Rick Perry tuvo un famoso momento de blanco cerebral en mitad de un debate para las nominaciones in- ternas republicanas. Fue objeto de sarna sin piedad los días siguientes, y en su primera aparición pu- blica después de su lapsus, se rio de sí mismo y sol- tó un chascarrillo a su costa. Con eso le quitó toda la importancia que en realidad el suceso no tenía, pues es evidente que a todos nos pasa con frecuen- cia algo así. Herman Cain no tuvo la misma suer- te cuando salieron a la luz ex amantes y acosadas sexuales, sin duda contribuyó que la primera reac- ción de Cain fue la negación y por ende la mentira, y la segunda, echar la culpa a medios y oposición de una supuesta campaña de difamación. Teniendo en cuenta que en la era de la información nada se puede esconder, fue la peor reacción posible, y cayó en desgracia un candidato que, escándalo aparte, tenía potencial presidencial. Pero eso no es todo. Si bien ser cuanto más sinceros y transparentes
Verónica Carmen Bañón Consultora política especialista en relaciones públicas. Es graduada de la Facultad de Posgrado de Gerencia Política de GWU.
posible es muy loable, y necesario en esta sociedad de cada vez más informados habitantes, hay lugar para ir aún mas lejos. El candidato verdaderamente sagaz implicará a los ciudadanos. Les dará voz y he- rramientas participativas. Les dará espacio y opor- tunidades, y premiará su civismo, devolviendo a la gente el entusiasmo en su condición de ciudadanos. Ya hay ejemplos de ciudadanos que están alzando la voz y haciéndose oir, en México, por ejemplo: Isabel Miranda de Wallace, afectada por el crimen organizado, lideró un movimiento para cambiar le- yes sobre las cuales el gobierno no actuaba. En la actualidad ha aceptado un puesto en el PAN. Inde- pendientemente de la opinión que merezca dicha aceptación, el PAN ha sido audaz, pues la ha puesto de su lado. No olvidemos los levantamientos que comenzaron en Egipto y se esparcieron globalmen- te. Es un triunfo ciudadano, un movimiento de aba- jo a arriba que servirá de ejemplo a muchos más. Con las nuevas herramientas proporcionadas sobre todo por la Red, el derecho de libertad de asociación ha tomado más fuerza que nunca, y el sentido de comunidad ha sido resucitado. Se trata, pues, de dar la bienvenida a este cambio por las consecuencias positivas que conlleva, y no tratar en vano de obs- taculizarlo, quedando atrás. El político del siglo XXI será el que escuche y resucite la ciudadanía.
Mayo • Junio 2012
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