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animal. A los 4 meses de iniciado el tra- tamiento observamos que el riñón del paciente no ha sufrido ningún cambio ana- lítico apreciable. No es así con la medición de las encimas hepáticas, que revelan un aumento leve de la AST (Aspartato Amino- transferasa) (tabla 3). Debido al historial previo de este hurón con problemas hepá- ticos, se propone iniciar tratamiento con lactulosa en jarabe a una dosis de 0,2 ml/ kg cada 12 horas. Se recomienda hacer el estudio ecocar-


Figura 4. El informe ecocardiográfico incluye los valores normales y los obtenidos en el animal estudio. Las imágenes reflejan el reflujo causante del soplo auscultado.


de la administración de las sustancias sedan- tes se produce una bradicardia iatrogénica que permite la auscultación de un soplo sistólico por reflujo. La ecocardiografía se realiza con un ecógrafo en modo M con estudio del flujo en Doppler color con sonda microconvex de 8 MHz. El estudio lo realiza un veterinario doctorado en cardio- logía veterinaria. Los resultados del estudio cardiaco se adjuntan en la Figura 4. Se diag- nostica una cardiomiopatía ventricular dere- cha con insuficiencia tricúspide secundaria.


Las técnicas para diagnosticar la insuficiencia cardiaca en hurones no están totalmente


pautadas: la ecocardiografía es una de las más empleadas y con resultados más concretos.


Tratamiento El tratamiento que se instaura en el caso


concreto que nos ocupa se basa en los hallazgos ecocardiográficos, ya que el ani- mal no presenta sintomatología asociada al proceso. Comenzamos con una medicación a base de pimobenban a una dosis espe- cífica de 0,3 mg/kg de peso del animal ya que, por su función vasodilatadora, este medicamento está indicado en perros para su uso en casos de insuficiencia cardiaca congestiva por cardiomiopatía dilatada o por insuficiencia valvular. Su uso en huro- nes con la patología descrita se extrapola por los estudios publicados adjuntados en la bibliografía. Así mismo, se instaura tra- tamiento con hidrocloruro de benazepril a


una dosis de 1/8 de comprimido de 2,5 mg cada 24 horas por sus propiedades hipoten- soras. Tanto la colaboración del propietario para conseguir las dosis deseadas como el valor económico de los medicamentos son valorados antes de iniciar el tratamiento propuesto. Debido a la pobre condición cardiaca del paciente se recomienda al pro- pietario limitar el ejercicio del animal, así como mantenerlo con una dieta hiposódica. El hurón se encuentra con una alimentación a base de pienso de gatos sabor cordero, papillas de carne (de conejo, pollo y pato) realizadas por la propietaria, y jamón dulce para la administración de los medicamentos.


Control del progreso Mantenemos monitorizado al paciente


con pruebas radiográficas y analíticas periódicas. Cada dos meses se realizan radiografías con proyecciones laterolateral y ventrodorsal para ver la evolución del animal en cuanto al tamaño cardiaco.


Primer control La primera radiografía de control se


realiza a los dos meses de instaurada la medicación, ya que no esperamos cam- bios con anterioridad a esta fecha, siempre manteniendo control con los propietarios ante cualquier cambio en la sintomatolo- gía del animal. En la primera radiografía posterior al diagnóstico apreciamos que se ha producido una disminución del tamaño cardiaco a simple vista, así como en la medida de la VHS, que ha pasado a ser de 6,8 vértebras frente a las 7 de la primera placa (figuras 5 y 6).


Segundo control A los cuatro meses de la primera radio-


grafía apreciamos un menor tamaño de la silueta cardiaca, con una VHS de 6,6. Espe- rábamos en todo momento un empeora- miento del animal, así como la aparición de signos respiratorios; sin embargo encontra- mos un menor tamaño cardiaco sin apre- ciarse signos asociados (figuras 7 y 8). También recomendamos una analítica


de control cada dos meses, pero la pro- pietaria nos insta a que se realicen más espaciadas para evitar tanto estrés en su


diográfico de control cada 6 meses, ya que hay que proceder a la sedación del animal para su realización y los propietarios no acceden a la realización de pruebas que aumenten el estrés en su mascota. La pro- pietaria reporta que el animal desde que comenzó con el tratamiento está mucho más activo, juega más y más tiempo.


Discusión Las insuficiencias cardiacas en hurones


de más de tres años son muy frecuentes y con un pronóstico pobre. Las técnicas para su diagnóstico definitivo no están totalmente pautadas, aunque la ecocardio- grafía está siendo la más empleada y con resultados más concretos. Esta técnica, en mi experiencia, debe ser realizada por un cardiólogo veterinario para interpretar los resultados de forma correcta. Se debe instaurar un tratamiento adecuando los


Tabla 2. Bioquímica con los valores obtenidos en el animal


y los de referencia en hurones. La analítica realizada está dentro de los valores de referencia normales.


Parámetro ALT (U/L)


Urea (mg/dl) Creatinina (mg/dl)


Resultado 32 58


0,9


Parámetro AST (U/l)


Urea (mg/dl) Creatinina (mg/dl)


Tabla 3. Bioquímica Resultado 395 16


0,5


Valor referencia 82-289 2-90


0,4-0,9


Valor referencia 28.0-120,0 2-90


0,4-0,9


Los valores que indican la funcionalidad renal, urea y creatinina, se encuentran dentro de los valores normales; no así la AST, que se encuentra elevada.


Figura 5. Medición de la VHS a los dos meses de instaurada la terapia, con una disminución a 6,8 unidades vertebrales.


Figura 6. Proyección ventrodorsal de la silueta cardíaca. Las flechas indican el menor tamaño del corazón en comparación con la placa obtenida dos meses antes.


Figura 7. Medición de la VHS a los 4 meses de instaurado el tratamiento. Las unidades obtenidas son de 6,6 (mostraba una medida de 7 unidades vertebrales al inicio de la terapia).


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Figura 8. Las flechas muestran las zonas de mayor disminución del tamaño del corazón, muy apre- ciables si las comparamos con las imágenes de las radiografías anteriores.


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