mis favoritas 3 de 3
Por Tibisay Ascención
Escribir es su pasión y su oficio. Gustavo Valle se graduó en la Universidad Central de Venezuela
con el título de Licenciado en Letras y realizó estudios de doctorado en
Madrid. Publicó los libros de poemas Materia de otro mundo y Ciudad imaginaria, el texto de crónicas de
viajes La paradoja de Ítaca y la novela Bajo tierra, que lo hizo acreedor
de la III Bienal de Novela Adriano González León. También cuenta en su haber con dos guiones de largometraje, ambos premiados
por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC. Este escritor venezolano residenciado en
Gustavo Valle
Tres libros • Las aventuras de Tintín de Georges Remi (Hergé): Compré casi todos sus libros, uno a uno, en una librería que estaba en la iglesia Don Bosco de Caracas. Me las ingeniaba para sustituir catecismo por Tintín. Fueron, junto con Tom Sawyer y Huckleberry Finn, mis primeras lecturas estimulantes. Adoraba su cosmopolitismo: Australia, Egipto, el Congo, la Luna. Adoraba al cascarrabias capitán Haddock.
• 2666, de Roberto Bolaño: Para mí es la mejor novela de Roberto Bolaño, mejor incluso que Los detectives salvajes. A Bolaño lo vengo leyendo desde 1998, cuando yo vivía en Madrid y veía que un chileno completamente desconocido comenzaba a llenar las mesas de novedades. Me impresionó y me sigue impresionando la libertad en su escritura. Un estilo que ahora todos copian o lo intentan.
• Mi oído en su corazón de Hanif Kureishi: Es literatura sin tapujos de uno de mis autores preferidos. Este inglés-pakistaní consigue hacer una de las mejores novelas autobiográficas que conozco. Sus reflexiones sobre las relaciones humanas sacuden a cualquiera. Es madurez post Beatles con mucho rock, desmadre y psicoanálisis. Para quienes dejan de ser hijos y pasan a ser padres.
130 | | Septiembre 2010
Tres discos • La ofrenda de Vytas de Vytas Brenner: Mis hermanas mayores eran amigas de Vytas y por eso sus discos estaban en casa desde que yo era un niño. Siempre me pareció uno de los más grandes músicos venezolanos, sin ser venezolano. El primero que se atrevió a trabajar la tradición sin complejos. Siempre que pienso en Vytas, pienso en Humboldt y en cómo los extranjeros han hecho cosas maravillosas en esta tierra.
• Kind of Blue de Miles Davis: Clásico entre los clásicos. Es uno de los sonidos más cool que conozco. Sólo un genio de una sensibilidad extraterrestre pudo haber hecho lo que hizo Miles Davis en este disco. Es recomendable para espíritus elevados y para propiciar encuentros que terminen con posiciones horizontales. También es útil para llevar en el carro y atenuar la barbarie de este mundo cruel.
• Abre de Fito Páez: No es el mejor disco de Fito, pero sí el que mejor me acompañó en una etapa de mi vida particularmente errante y sin norte. Una época en que todo mi dinero -que era poco- lo gasté en pasajes de tren, de avión, de barco. No tenía donde dormir, ni donde vivir, ni donde trabajar, pero escuchaba “Abre” de Fito y el mundo volvía a ser un lugar maravilloso.
Buenos Aires mantiene su blog (www.
thecuatreros.blogspot.com), colabora para medios impresos y digitales de Venezuela, España, Argentina y coedita la revista de cuento iberoamericano Cuatrocuentos (
www.cuatrocuentos.wordpress.com)
Tres películas • Dr. Strangelove de Stanley Kubrick: Quizás la mejor comedia antibélica de la historia del cine y, en especial, de la guerra fría y el espionaje. Con un Peter Sellers en estado de gracia, interpretando dos papeles geniales. Pasados los años, vemos cómo el humor de esta película puede ser el mejor antídoto frente a la estupidez humana. Es para reírse a gritos, con un final realmente inolvidable.
• Extraños en el paraíso de Jim Jarmusch: Tiene una de las bandas sonoras más poderosas que he oído en mi vida, compuesta por un sólo tema que se repite obsesivamente: “A put a spell on you”, del esquizofrénico Screamin Jay Hawkins. Es para amantes de las road movies y de esa melancolía chistosa que siempre encarnan los personajes de este genial cineasta americano.
• La vía Láctea de Luis Buñuel: Disparatada, herética, graciosísima. Una joya dentro de la joyería de este sabio español. Yo tenía un ejemplar en VHS que miraba con bastante frecuencia, pero no sé dónde diablos habrá ido a parar. La mejor narración sin argumento que he visto en mi vida. Para una antología: las secuencias en el hotel de carretera y la imagen de los cinco sacerdotes fumando, bebiendo y jugando al póquer.
www.revistasaladeespera.com
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