This page contains a Flash digital edition of a book.
a ARTÍCULO


linizadas”: vestidas con traje-chaqueta, corbata y repeinadas con gomina y un maquillaje que acentuaba claramente sus facciones. ¿Acaso una mujer solo puede alcanzar la condición de súper woman en tanto que un hombre? ¿Cuándo se im- pondrá un liderazgo en femenino o, como mínimo, propio de cada persona, y no tan marcado por unos condicionantes sociales únicos (y masculinos)?


LA MUJER EN POLÍTICA ESPAÑOLA — Si observamos el mundo de la política y, concretamente, en España, no encontra- mos ninguna mujer al frente de un parti- do estatal, con la excepción de Rosa Díez en UPyD. Durante años muchas mujeres (y algunos hombres) lucharon por el re- conocimiento de los derechos políticos de la mujer. En nuestro caso, se da además la particularidad de que la mujer pudo ser elegida (sufragio pasivo) antes de po- der votar (sufragio activo). El 8 de mayo de 1931, el Gobierno provisional de la II República, presidido por Niceto Alcalá-Za- mora, promulgó un Decreto que modifica- ba la ley electoral vigente, permitiendo a la mujer ser elegida, pero no ser electora. Tras esta modificación, las mujeres pudie- ron formar parte de las listas electorales en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931, pero solo Clara Campoa- mor -por el Partido Republicano Radical- y Victoria Kent -por el Partido Republicano Radical Socialista- obtuvieron el acta de diputadas -más tarde lo haría también la socialista Margarita Nelken. Cuatro me- ses después, el 1 de octubre de ese mismo año, las Cortes aprobaron el artículo cons- titucional que consagró el derecho al voto femenino, por 161 votos frente a 121, en un debate parlamentario en el que Clara Campoamor y Victoria Kent defendieron posiciones muy distintas. Casi 82 años después, seguimos espe-


rando que una mujer alcance la presiden- cia del gobierno español y que, en el caso de los dos principales partidos políticos, opte siquiera al cargo. En política españo- la, las mujeres parecen ocupar una segun- da eterna posición y, en algunos casos, ni eso. El rol de las mujeres continúa ligado


María Dolores de Cospedal FOTO: FLICKR GALERÍA DE PARTIDO POPULAR


todavía principalmente al de personajes secundarios y de menor relevancia que sus compañeros. ¿Hasta cuándo? Si echamos un vistazo a la realidad


de los principales partidos españoles vemos, por ejemplo, como el PP, -que no solo ocupa el gobierno central, sino el de la mayoría de comunidades autónomas- cuenta con una estructura orgánica en cuyo Comité Ejecutivo Nacional, órgano de gobierno y administración del parti- do, solo tres de sus veinticinco miembros son mujeres. Se trata de la todoterreno y archiconocida Dolores de Cospedal, Secretaria General del partido a la par que Presidenta de Castilla la Mancha, y de dos discretas secretarias sectoriales sin ningún tipo de protagonismo en la vida púbica: Sandra Moneo, al frente de educación e igualdad, y Marisa Soriano, llevando los temas de agricultura y me- dio ambiente. Dolores de Cospedal es una mujer


inteligente, con carácter, segura de sí misma y atractiva. Agradece que las mu- jeres con responsabilidad sean cada vez más aunque, según sus propias palabras, “todavía imperen algunos tópicos como que necesariamente han de estar solas, o amargadas o sin familia, o sin una vida de pareja normal y plena”. Cospedal ha renegado públicamente de las cuotas en política, que considera machistas, y cree que su partido -sin ellas- defiende mejor que ninguno los intereses de la mujer.


¿DÓNDE ESTÁN NUESTRAS MUJERES? —


Desde hace tiempo, Cospedal aparece en todas las quinielas como posible suce- sora de Mariano Rajoy al frente del par- tido y, tras el reciente escándalo que ha salpicado a su compañero de filas y Pre- sidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, su nombre vuelve a cobrar relevancia en la carrera sucesoria. Por otro lado, la po- sición de gobierno del PP otorga especial protagonismo a otras mujeres de peso como la Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, las ministras Ana Mato, Ana Pastor y Fátima Báñez, la camaleónica ex- presidenta de Madrid Esperanza Aguirre, o la actual alcaldesa de la capital españo- la, Ana Botella. En cualquier caso, cuesta imaginarse una pugna por el futuro de las riendas políticas del partido en el que no intervenga ninguna mujer, y más aún teniendo en cuenta el pasado reciente del PP, en el que Esperanza Aguirre ya hizo un amago para conseguirlo. Aunque asegure que se ha retirado definitivamente de la vida política, cuesta creer que sea cierto. En cuanto al PSOE, también en se-


gunda posición y con un papel protago- nista, destaca una mujer: Elena Valen- ciano, Vicesecretaria General del partido. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, compuesta por 18 miembros, cuenta con ocho mujeres y diez hombres; una estruc- tura mucho más equilibrada que la del PP, pero con un protagonismo inexistente para la mayoría de ellas. De estas ocho mujeres, una es la citada Valenciano y de


Mayo - Junio 2013


35


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20  |  Page 21  |  Page 22  |  Page 23  |  Page 24  |  Page 25  |  Page 26  |  Page 27  |  Page 28  |  Page 29  |  Page 30  |  Page 31  |  Page 32  |  Page 33  |  Page 34  |  Page 35  |  Page 36  |  Page 37  |  Page 38  |  Page 39  |  Page 40  |  Page 41  |  Page 42  |  Page 43  |  Page 44  |  Page 45  |  Page 46  |  Page 47  |  Page 48  |  Page 49  |  Page 50  |  Page 51  |  Page 52  |  Page 53  |  Page 54