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a ARTÍCULO


opositores durante las campañas electora- les es que la situación está muy mal (dolor), que las cosas no pueden seguir así, que los actuales gobernantes son los responsables de las calamidades e infortunios de la gen- te, por lo que se requiere un cambio y que ellos son los únicos que representan las posibilidades de que las cosas se mejoren y que son la esperanza que los votantes tienen para mejorar la situación (placer), la cual debe ser aprovechada. En términos prácticos, durante la cam-


paña es común que se le plantee al votan- te, por parte de los opositores, el siguiente dilema: “En esta elección, las cosas son muy claras. Los votantes tienen sólo dos alternativas. Seguir con la ineficiencia, los abusos, la corrupción y los escóndalos de los actuales gobernantes o, de una vez y para siempre, realizar el cambio que tanto necesita nuestro país.” Por otro lado, los partidos gobernantes


tratan de persuadir a los electores magnifi- cando sus logros, hablándoles de los bene- ficios y mejoras que han conseguido para la gente, señalando los riesgos y peligros que se corren si se vota por partidos y can- didatos sin experiencia y con un pasado cuestionable. De esta manera, el placer se manifiesta en forma de esperanza para que las cosas mejoren o sigan por la ruta ade- cuada del bienestar y desarrollo.


EL DOLOR Y EL PLACER COMO ESTRATEGIA DE CAMPAÑA


El objetivo central de toda campaña elec- toral es obtener el mayor número de votos para ganar la titularidad del puesto de re- presentación popular en disputa durante la elección y evitar que los adversarios ac- cedan a las posiciones de poder público. Para ganar la elección, se requiere el im- pulso de estrategias creativas e inteligen- tes que posibiliten el persuadir, organizar y movilizar a los votantes para construir mayorías electorales estables. Sin embargo, para persuadir y movili-


zar a los electores a las urnas, en necesario saber de antemano qué es lo que mueve a los votantes, conocer a profundidad, por ejemplo, ¿qué genera dolor y placer a los ciudadanos, que puede ser usado durante una campaña electoral? Diagnosticar tam- bién sobre las cosas, hechos y acciones en


el espacio público que generar disgusto a los electores y sobre los que producen agrado y aprobación de los votantes. Final- mente, es importante saber sobre algunas estrategias partidistas exitosas que han girado en torno a esta dicotomía (dolor/ placer) y que puede ser utilizado durante las campañas electorales. A continuación, se presentan casos de


campañas electorales en las que el dolor o el placer se convierten, ya sea en símbolos de la lucha electoral, en fines superiores de la política, en parte de la agenda de cam- paña o, incluso, como discurso recurrente de las campañas.


EL DOLOR COMO SÍMBOLO DE LA LUCHA ELECTORAL


El 10 de enero de 1994, Luis Donaldo Co- losio Murrieta, candidato del PRI a la pre- sidencia de México, inició su campaña en la plaza principal de Hejutla de Reyes, en el estado de Hidalgo, una de las entidades más pobres y marginadas del país. En su discurso de apertura de su campaña, el candidato señaló: “Al reunirnos hoy, lo hacemos trayendo


con nosotros nuestros anhelos, nuestras demandas, nuestras propuestas. Juntos hoy, desde aquí, desde el corazón de la Huasteca Hidalguense, lanzamos una gran convocatoria a todos los mexicanos para superar la pobreza, para superar la exclu- sión, para superar los rezagos, la margina- ción y la desigualdad.” En el 2004, George W. Bush inició su


campaña de reelección presidencial en- frente del dolor de una madre cuyo hijo murió en la guerra de Irak. Luisa María Calderón Hinojosa inició,


con una oración por los caídos, su cam- paña para gobernadora en el estado de Michoacán en la plaza Melchor Ocampo de Morelia, donde el 15 de septiembre del 2008 murieron 7 ciudadanos y 132 fueron heridos producto de la explosión de dos granadas de fragmentación que un grupo de criminales había detonado con el fin de generar pánico y miedo entre los más de 30 mil asistentes. En su discurso inaugural, la candidata señaló: “Sabemos del dolor y de la tragedia, te-


nemos que sacar la fuerza para defender a nuestro estado y a nuestras familias de la in-


seguridad y violencia que impera en nuestras calles y afecta la vida de nuestros hijos”.


EL DOLOR COMO AGENDA DE CAMPAÑA


Los partidos políticos tradicionalmente presentan a la sociedad al inicio de su cam- paña una plataforma electoral en el que se contiene sus principales propuestas, posi- cionamientos y proyectos alternativos de nación. En estas plataformas o agendas temá-


ticas de las campañas es muy común leer posicionamientos y ofertas electorales en el que se reconoce la existencia del dolor, manifestado a través de una serie de pro- blemas y carencias sociales e institucio- nales, pero donde se asegura que, gracias a su intervención como políticos y gober- nantes, crearán un mundo mejor en el que reine el placer y la felicidad humana. De esta forma, los partidos parten por


reconocer insuficiencias o criticar a sus opositores por el bienestar no alcanzado por los ciudadanos o perdido por acciones atribuidas a sus adversarios. Dibujan a los electores como victimas de la fatalidad y los destrozos que ha hecho sus opositores, ya sea en materia económica, política o social, en las que se incluye la inseguridad, la violencia y la alta criminalidad. Asocian el sufrimiento humano y el malestar social a la irresponsabilidad e incompetencia gu- bernamental o política de sus contrincan- tes, mismo que se manifiesta en pobreza, desempleo y crisis económica. Finalmente, culpan del dolor humana a la injusticia o negligencia promovida o solapada por sus contrarios y sus políticas. De esta manera, la agenda de campaña


se sustenta en temas como la seguridad, el crecimiento económico, la redistribución de la riqueza, la igualdad de oportunida- des, el desarrollo social, la eficiencia gu- bernamental, la responsabilidad, el buen gobierno, los servicios públicos, la calidad de vida, la sustentabilidad, la autosufi- ciencia, la paz y otros temas que importan y afectan de forma urgente a la sociedad. Es decir, sustentan su plataforma electoral con base en los problemas, necesidades, deseos, expectativas, aspiraciones, filias y fobias, esperanzas, emociones y senti- mientos de los votantes.


Mayo - Junio 2013


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